Anexo 3. Algoritmos de tamizaje para adultos y adolescentes con infección por el VIH
Ilustración de once algoritmos de tamizaje posibles en las personas con infección por el VIH.
Ilustración de once algoritmos de tamizaje posibles en las personas con infección por el VIH.
Los siguientes cuadros contienen estimaciones basadas en modelos del desempeño y los resultados de los diez algoritmos de tamizaje descritos anteriormente, cuando se aplican a una población de 100 000 personas que participan en el tamizaje, en tres situaciones diferentes de prevalencia de TB: 0,5%, 1% y 2%.
1. Tamizaje por tos
2. Tamizaje en paralelo por tos y radiografía de tórax
3. Tamizaje en serie secuencial positivo por tos y radiografía de tórax
4. Tamizaje en serie secuencial negativo por tos y radiografía de tórax
Ilustración de diez algoritmos posibles de tamizaje en las personas de 15 años o mayores de la población general y de los grupos en riesgo alto en los cuales se recomienda el tamizaje.
Los algoritmos de tamizaje infantil se indican en el anexo 5.
Niños de 0 a menos de 15 años con un contacto estrecho con TB
Se puede utilizar cualquiera de los siguientes algoritmos de tamizaje:
Figura A.5.1 Tamizaje por síntomas
Figura A.5.2 Tamizaje por radiografía de tórax
Figura A.5.3 Tamizaje en paralelo por síntomas y radiografía de tórax
Se debe hacer un seguimiento cuidadoso de los pacientes pediátricos con infección por el VIH en el sistema de atención de salud y realizar el tamizaje de la TB en cada contacto habitual con un prestador de atención del servicio del VIH, en un establecimiento de salud o en la comunidad.
En la actualidad, no hay datos suficientes que permitan extrapolar el uso de la radiografía de tórax, la proteína C‑reactiva o la PDRm como pruebas de tamizaje en los adultos a los menores de 10 años con infección por el VIH. Las pruebas para detectar la infección por TB no son útiles en el tamizaje de la TB activa (véase también el apartado 6.2.4).
Se debe realizar el tamizaje de la TB a los niños con infección por el VIH menores de 10 años en cada encuentro con un trabajador de salud para detectar tos, fiebre, ganancia ponderal insuficiente o contacto estrecho con alguien que tiene TB.
La población infantil con infección por el VIH corre un riesgo alto de progresión rápida hacia la enfermedad grave y la muerte si se pasa por alto el diagnóstico de TB. La probabilidad de progresión hacia la TB activa en un niño con infección por el VIH es 3,5 superior a la de un niño seronegativo (39). Se estima que 16% de las muertes pediátricas por TB se producen en niños seropositivos, lo cual equivale a 36 000 muertes anuales (2). Esta es la razón por la cual la OMS recomienda firmemente el tamizaje de la TB en los niños con infección por el VIH.
El tamizaje de los contactos puede ser difícil. Una vez que se han reconocido los contactos de un paciente con TB, se debe realizar el tamizaje por síntomas de TB, radiografía de tórax o ambos, seguidos de una evaluación diagnóstica apropiada (4, 5). El rastreo de contactos de los hogares suele detectar muchos contactos estrechos que reúnen las condiciones para el tamizaje y el TPT; sin embargo, esta medida es costosa y encontrar a los contactos de todos los pacientes conocidos con TB exige mucho tiempo a los trabajadores de salud.
Al igual que en los adultos, la prueba cutánea de la tuberculina y los ensayos de liberación de interferón γ no deben usarse en el tamizaje de la enfermedad por TB en la población infantil (12, 34), dado que estas pruebas no pueden distinguir la infección de la enfermedad por TB y no pueden predecir la progresión hacia la enfermedad activa. Ambas pruebas se pueden alterar por mecanismos diferentes de la infección por TB y pueden dar resultados negativos falsos o positivos falsos.