6.2.5 Consideraciones relacionadas con la ejecución

El tamizaje de los contactos puede ser difícil. Una vez que se han reconocido los contactos de un paciente con TB, se debe realizar el tamizaje por síntomas de TB, radiografía de tórax o ambos, seguidos de una evaluación diagnóstica apropiada (4, 5). El rastreo de contactos de los hogares suele detectar muchos contactos estrechos que reúnen las condiciones para el tamizaje y el TPT; sin embargo, esta medida es costosa y encontrar a los contactos de todos los pacientes conocidos con TB exige mucho tiempo a los trabajadores de salud. Además, la TB sigue siendo una enfermedad muy estigmatizada en muchos países y contextos y la visita de un trabajador de salud al hogar de un paciente puede llamar la atención sobre un diagnóstico, con el riesgo de violar el derecho del paciente a la privacidad médica y la discriminación contra el hogar. Otra posibilidad es que los trabajadores de salud soliciten a los pacientes que lleven a sus contactos, incluidos los niños, a un establecimiento de salud para el tamizaje de la TB, aunque puede haber muchas razones por las cuales los cuidadores o los padres no puedan llevar a los niños para ser examinados, ya sean limitaciones económicas o de tiempo, falta de percepción de la importancia del tamizaje o desconfianza en los servicios de atención de salud (42). Por consiguiente, los prestadores de atención de salud, los gerentes de servicios de salud y los programas de salud deben tener en cuenta las preferencias y preocupaciones posibles de los padres y cuidadores y abordarlas con sensibilidad y tacto.

Al igual que en contactos de cualquier edad, en la población infantil y adolescente que está expuesta a alguien con TB y en quienes no se detecta la enfermedad activa, se deben evaluar los criterios para recibir el TPT según las directrices nacionales (4, 5). La incapacidad de realizar la radiografía de tórax no debe impedir que un niño reciba el TPT. Los gerentes de servicios de salud deben planificar los recursos y la logística necesarios para realizar las pruebas de tamizaje según el algoritmo escogido, registrar los datos sobre el rastreo de contactos, incluidos los resultados de las pruebas de tamizaje (de preferencia en soporte electrónico) e integrar los servicios de tamizaje y TPT.

En la actualidad, no se recomienda el tamizaje sistemático de los niños que acuden a servicios de atención de salud. Los niños y adolescentes menores 15 años que acceden a servicios de atención de salud representan una población mucho más grande que los contactos de pacientes con TB, para un eventual tamizaje, lo cual tiene importantes implicaciones de recursos a la hora de ampliar el tamizaje, sobre todo con herramientas de tamizaje y diagnóstico más costosas. Además, la probabilidad preanalítica de TB activa en los niños que por lo general es baja y la vía de diagnóstico que los niños suelen seguir cuando tienen un tamizaje positivo, podrían llevar a diagnósticos positivos falsos y al tratamiento inapropiado de un gran número de niños.

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