2.3 Diseño e instalaciones

El diseño y la construcción apropiados de las instalaciones del laboratorio contribuyen a la protección de todo el personal del laboratorio y actúa como barrera que protege a la comunidad de los aerosoles tuberculosos que puedan crearse en el laboratorio. Las características concretas del laboratorio, incluida la separación de las distintas zonas y el sistema de ventilación, son medidas de contención secundaria. Las barreras secundarias que se recomienden para un laboratorio dependen de los procedimientos que se lleven a cabo y del riesgo de transmisión que lleve asociado.

En un laboratorio de tuberculosis de bajo riesgo, las barreras secundarias incluyen separar del público la zona de trabajo de laboratorio, asegurar una gestión apropiada de los desechos y proporcionar medios para el lavado de manos. En un laboratorio de tuberculosis de alto riesgo, la presencia de una antesala que separe el laboratorio de las zonas públicas sirve como barrera secundaria adicional.

El director del laboratorio es responsable de poner en pie medios proporcionales a las funciones y el nivel de riesgo del laboratorio.

Al diseñar un laboratorio de tuberculosis debe prestarse especial atención a ciertas cuestiones comunes que se sabe plantean problemas de seguridad, como el uso de superficies permeables, el exceso de personal en las zonas de trabajo, la posibilidad de que personas no autorizadas entren en el laboratorio, el flujo de personal y pacientes cerca o dentro de laboratorio, y un flujo de trabajo mal diseñado.

En la lista que sigue se enumeran los rasgos de diseño básicos que se recomiendan para un laboratorio de tuberculosis.

  • Se necesitan una ventilación adecuada y un flujo de aire direccional.
  • Debe proporcionarse espacio amplio para la realización del trabajo de laboratorio en condiciones de seguridad, así como para la limpieza y el mantenimiento.
  • Las paredes, los techos y los suelos deben ser lisos y fáciles de limpiar. Los suelos serán antideslizantes.
  • Las superficies de trabajo deben ser resistentes al agua y a las sustancias químicas y los desinfectantes que normalmente se emplean en el laboratorio; también deben ser resistentes al calor moderado.
  • La iluminación debe ser suficiente para todas las actividades. Deben evitarse los reflejos y los brillos incómodos. No deben utilizarse cortinas.
  • El mobiliario de laboratorio debe ser sólido, estar hecho de materiales resistentes y poder descontaminarse fácilmente. No debe utilizarse ningún mueble tapizado o entelado.
  • Los espacios abiertos entre mesas de trabajo, muebles y equipo y los espacios inferiores deben ser accesibles para permitir su limpieza.
  • El espacio de almacenamiento debe ser suficiente para contener el material de uso inmediato e impedir la acumulación en las superficies de trabajo y en los pasillos exteriores al laboratorio. Debe ofrecerse espacio adicional para el almacenamiento a largo plazo que se situará de manera cómoda fuera de las zonas de trabajo.
  • Se reservará una zona para la preparación, la manipulación y el almacenamiento en condiciones de seguridad de ácidos, tintes y disolventes.
  • Se preverá fuera de las zonas de trabajo un lugar donde guardar la ropa de calle y los objetos personales.
  • Se dispondrán espacios para comer y beber y para descansar fuera de las zonas de trabajo.
  • En cada sala de laboratorio habrá un lavabo para lavar las manos con jabón, de preferencia cerca de la salida. Se recomiendan los grifos automatizados o que puedan manejarse sin las manos. Cerca de cada lavabo habrá un dispensador de toallas de papel.
  • Las puertas del laboratorio tendrán un panel de cristal y cumplirán la normativa de incendios; se cerrarán solas automáticamente.
  • Habrá un suministro eléctrico fiable y adecuado.

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