Certeza de la evidencia y solidez de las recomendaciones

En las recomendaciones incluidas en estas directrices se caracteriza tanto su solidez como la certeza de la evidencia en la cual se fundamentan. La certeza de la evidencia se califica en cuatro grados (cuadro 1). Los criterios aplicados por los revisores al calificar la certeza de la evidencia se resumen en los cuadros GRADE (véase el anexo 4 en línea [en inglés]). Varios factores pueden aumentar o disminuir la certeza de la evidencia (véanse los cuadros 12.2b y 12.2c del Manual de la OMS para la elaboración de directrices (6). La puntuación más alta con respecto a la certeza se suele asignar a la evidencia que proviene de ensayos aleatorizados y es corriente asignar en un principio una certeza baja o muy baja a la evidencia de los estudios de observación.

Una recomendación puede ser firme o condicional. Aparte de la certeza de la evidencia, la solidez de una recomendación se determina en función del equilibrio entre los efectos deseables e indeseables, los valores y las preferencias y los costos o la asignación de recursos. En el caso de las recomendaciones firmes, el GED está seguro de que los efectos deseables del cumplimiento de la recomendación superan los efectos indeseables. En el caso de las recomendaciones condicionales, el GED considera que los efectos deseables probablemente superan los efectos indeseables. La solidez de una recomendación tiene implicaciones diferentes para las personas a quienes se dirigen estas directrices (cuadro 2).

Cuadro 1. Certeza de la evidencia

Table 1. Certainty in the evidence

El texto de la recomendación en sí debe leerse junto con las observaciones conexas que resumen: 1) la evidencia a partir de la cual se formuló la recomendación; 2) los efectos deseables e indeseables posibles de las intervenciones al evaluar el equilibrio entre los beneficios y los riesgos previstos; y 3) otras consideraciones que son importantes para la aplicación de la política.

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