4.3.2 ¿Cómo debe suministrarse esta información?

Las habilidades de una comunicación eficaz se describen en la sección 4.2. Es necesario que los prestadores de atención de salud practiquen estas habilidades antes de poder transmitir la información que se ha descrito antes como parte de la educación y el asesoramiento en materia de salud:

  1. Es importante construir una alianza con el paciente antes de transmitirle cualquier información. Se debe hacer todo lo posible por entablar una conversación bidireccional, en lugar de que solo el prestador de atención proporcione explicaciones al paciente. Se debe alentar a los pacientes a hacer preguntas, repetir la información para ayudarles a comprenderla, y los trabajadores de la salud deben verificar si los pacientes han comprendido la información haciendo preguntas cortas. Tomarse el tiempo necesario para verificar que los pacientes han comprendido la información lleva a mejores resultados del tratamiento.
  2. La primera pregunta debe ser “¿Qué sabe usted sobre la TB?”.
    Una vez que el prestador de atención ha averiguado lo que el paciente ya sabe sobre la TB, puede centrar la conversación en lo que le falta por saber al paciente.
  3. La siguiente pregunta debe ser “¿Qué preguntas tiene sobre la TB?”
    De esta forma se puede personalizar la información sobre la TB para el paciente. Por ejemplo, es muy posible que un paciente esté más interesado en las opciones de tratamiento que en la causa de la TB. Una vez que se han respondido las preguntas del paciente, este puede estar más dispuesto a hablar sobre otros temas importantes con respecto a la TB. En ocasiones puede ser difícil dar toda la información necesaria durante una reunión, por lo que el prestador de atención de salud debe priorizar la información de manera que se respondan primero las preguntas más importantes.
  4. A continuación, los prestadores de atención deben preguntarse “¿Cuál es la información más importante que el paciente debe conocer?”.

    El prestador debe centrarse en esta información más importante durante las primeras charlas educativas con el paciente. Sin embargo, debe seguir estimulando las preguntas del paciente y ayudarle a comprender la información repitiéndola o haciéndole preguntas cortas.

    Hacer preguntas como “¿Qué sabe usted sobre sus derechos?” es una mejor manera de comunicarse con el paciente que leerle una lista de sus derechos.

  5. Por último, los prestadores de atención de salud deben resumir las brechas y los errores en los conocimientos del paciente sobre la TB.

Al mismo tiempo que se respetan las creencias religiosas de un paciente, es importante examinar sus creencias en materia de salud, sobre todo las que podrían dificultar que el paciente complete el tratamiento. Estas preguntas también ayudan al prestador de atención a comprender lo que los pacientes piensan sobre su enfermedad o el tratamiento, en especial en su contexto cultural. La mayoría de las personas ya tiene un cierto conocimiento de la TB porque es una enfermedad común. También pueden estar ansiosas por su diagnóstico o tener determinadas preocupaciones sobre el prestador de atención de salud y el tratamiento. Estas preocupaciones, creencias e inquietudes deben abordarse como parte de la educación y el asesoramiento en materia de salud. Las familias también pueden tener sus propias ideas que el paciente puede o no compartir. Dado que las familias ejercen gran influencia en el comportamiento de los pacientes, sus puntos de vista también deben tenerse en cuenta. Esto ayuda a evitar confusiones en las familias con respecto al consejo médico. La importancia de explorar las creencias de una persona sobre la salud también es pertinente en el asesoramiento sobre la adhesión al tratamiento que se analiza en la sección 5.4.

Además de la transmisión de información durante las consultas, son muy útiles los folletos educativos que expliquen con claridad hechos sobre la TB y su tratamiento. El material educativo debe ser apropiado para todas las edades y sensible a los aspectos culturales y debe presentarse en el idioma local y en formatos fáciles de leer. Asimismo, las herramientas digitales con apoyos auditivos o visuales pueden ser de utilidad para los pacientes que tienen dificultades de lectura. Además, es posible que determinados grupos poblacionales marginados precisen medidas educativas especiales.

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