Enlaces transversales de Book para 5.3.4.1. Monitoring response to treatment
El seguimiento de la respuesta al tratamiento en la población infantil y adolescente incluye parámetros clínicos, radiológicos y microbiológicos. En la población infantil, el seguimiento microbiológico de la respuesta al tratamiento puede constituir un desafío por las mismas razones por las que es difícil obtener un diagnóstico microbiológico. Sin embargo, en la población infantil y adolescente con un diagnóstico confirmado bacteriológicamente, es importante hacer el seguimiento de la conversión de la baciloscopia y del cultivo y confirmar la curación, como recomienda la OMS. Una vez que los resultados de los cultivos han pasado a ser negativos, o en los niños que nunca han tenido un diagnóstico confirmado bacteriológicamente (es decir, los casos diagnosticados clínicamente), es posible que la obtención de muestras respiratorias repetida no sea útil si el niño muestra una buena respuesta clínica.
Debido a las dificultades que plantea el seguimiento microbiológico, es importante hacer un seguimiento minucioso de la respuesta clínica y microbiológica al tratamiento. Los mejores indicadores de una respuesta clínica positiva al tratamiento son la mejoría de los síntomas clínicos y el aumento de peso. Se debe realizar un seguimiento clínico regular a todos los niños que siguen tratamiento para la TB‑RR/MDR, con control del peso, evaluación del crecimiento y de la mejoría de las variables nutricionales (peso para la edad y otros indicadores). Las alteraciones radiográficas de la TB pueden resolverse lentamente. Aunque se espera una mejora constante de los signos radiográficos, algunas alteraciones pueden persistir hasta el final del tratamiento.
La reaparición o el empeoramiento de los síntomas, el retraso del crecimiento o la pérdida de peso suelen ser los primeros signos de que el tratamiento está fallando. La presencia de estos signos o el empeoramiento de las alteraciones radiográficas debe conllevar una evaluación minuciosa de la adhesión y la eficacia del esquema de tratamiento. En estos casos, es necesario obtener muestras de seguimiento para el cultivo de micobacterias y las PSF.