Enlaces transversales de Book para 5.2 Composition and duration of the regimen
El esquema evaluado en el ensayo SHINE constaba de 2 meses de administración de isoniacida, rifampicina y pirazinamida a diario, con o sin etambutol (2HRZ[E]), seguidos por 2 meses de administración diaria de isoniacida y rifampicina (2HR).
En el ensayo SHINE, el etambutol se incluyó en los dos primeros meses de tratamiento, dependiendo de la política local vigente en el establecimiento de inclusión en el estudio, tanto en el esquema de 4 meses como en el esquema comparativo de 6 meses. Todos los niños y adolescentes con infección por el VIH del ensayo SHINE recibieron etambutol en los dos primeros meses de tratamiento (independientemente del esquema que recibieran). Por lo tanto, es preferible que la población infantil y adolescente con infección por el VIH tratada según el esquema de 4 meses reciba etambutol durante los dos primeros meses de tratamiento, independientemente de la prevalencia subyacente de la infección por el VIH. Además, se recomienda añadir el etambutol al esquema de 4 meses durante los dos primeros meses en los entornos con gran prevalencia subyacente de resistencia a la isoniacida o de infección por el VIH. Además, para este esquema, se sugiere la administración diaria (es decir, los siete días de la semana), mejor bajo observación directa, con la ayuda de una persona que apoye el tratamiento o con apoyo por video.
Las dosis son las mismas que las recomendadas para el esquema de 6 meses de 2HRZE/4HR (anexo 1).
El tratamiento se debe mantener durante 6 meses o se debe modificar en los niños y adolescentes que no hayan respondido desde el punto de vista clínico (mostrando un aumento de peso o la resolución de los signos y síntomas de TB) tras 4 meses de tratamiento. Se debe evaluar cuidadosamente a estas personas para detectar la TB-DR, enfermedades no relacionadas con la TB (por ejemplo, una neoplasia o una enfermedad pulmonar relacionada con el VIH) y la adhesión insuficiente al tratamiento. Los dos primeros meses de tratamiento, que incluyen tres o cuatro fármacos, suelen ser suficientes para que la actividad bactericida intensa de este esquema sea eficaz. Si los pacientes tienen una baciloscopia de esputo negativa (o paucibacilar) y no presentan cavernas en la radiografía de tórax, la presencia de una o más baciloscopias de esputo positivas tras dos meses de tratamiento puede indicar la resistencia no detectada a uno o más fármacos. Si el paciente no mejora desde el punto de vista clínico y radiológico (p. ej., aparición de cavernas), y se sospecha que hay farmacorresistencia o un posible fracaso del tratamiento, se deben hacer cuanto antes pruebas diagnósticas rápidas para descartar esta posibilidad, además de un cultivo y PSF, con el fin de proporcionar una base para cualquier ajuste de la estrategia de tratamiento.