6.5.1 Seguimiento de la respuesta al tratamiento y asignación de los resultados

El seguimiento de la respuesta al tratamiento debe basarse en la baciloscopia de esputo mensual, así como en el cultivo, idealmente con la misma frecuencia. El cultivo mensual aumentó la detección de pacientes con un resultado bacteriológico positivo verdadero en comparación con la baciloscopia por sí sola; además, redujo la proporción de pacientes con un resultado negativo falso.

El uso concomitante de los resultados de la baciloscopia y del cultivo de esputo ayuda a detectar a los pacientes que aún presentan TB bacteriológicamente positiva o en quienes vuelve a ser positiva tras la conversión inicial a negativa. Estas pruebas combinadas permitirán al personal médico detectar a los pacientes en los que es probable que el tratamiento fracase y, por consiguiente, planificar otras opciones y aplicar medidas de control de la infección de manera oportuna. Es previsible que reducir la transmisión y la aparición de resistencia y hacer los cambios apropiados en los esquemas terapéuticos arroje beneficios adicionales. La baciloscopia y el cultivo periódicos de esputo o de otras muestras siguen siendo importantes para detectar con prontitud el fracaso del tratamiento. La frecuencia de estas pruebas es similar a la que se sigue para los pacientes que emplean el esquema totalmente oral de 9 meses contra la TB-MDR y el esquema de BPaLM/BPaL.

Las definiciones de los resultados del tratamiento y el marco de trabajo para la notificación relativos a los pacientes que reciben los esquemas alargados son los mismos que para los pacientes que siguen otros esquemas contra la TB-MDR (38). La definición actualizada de fracaso del tratamiento comprende aquellas situaciones en las que el esquema terapéutico de un paciente se ha dado por concluido o se ha cambiado permanentemente por otro por cualquiera de las siguientes razones:

  • falta de respuesta clínica o bacteriológica al tratamiento;
  • reacción adversa a los medicamentos; e
  • indicios de resistencia adicional a los medicamentos del esquema.

Se considera que hay fracaso bacteriológico cuando los pacientes tratados con un esquema alargado siguen dando positivo sin conversión o vuelven a dar positivo después de la conversión inicial a negativo.

Se considera que hay fracaso por reacciones adversas farmacológicas o farmacorresistencia cuando aparece resistencia adicional mientras el paciente sigue un esquema alargado o cuando el esquema se debe suspender debido a un evento adverso grave.

En la población infantil, puede ser difícil el seguimiento de la respuesta al tratamiento mediante baciloscopia y cultivo de esputo, por las mismas razones que dificultan la obtención de una confirmación bacteriológica del diagnóstico. En pacientes pediátricos con un diagnóstico confirmado bacteriológicamente, deben tomarse todas las medidas razonables para demostrar la conversión bacteriológica. Una vez que los cultivos se han vuelto negativos, o en los casos en los cuales nunca se confirmó el diagnóstico, la obtención repetida de muestras respiratorias puede no ser útil si el paciente presenta por lo demás una buena respuesta clínica. La resolución de las manifestaciones clínicas y el aumento de peso sirven como indicadores de la mejoría. En todos los pacientes pediátricos debe hacerse un seguimiento clínico periódico, que incluya la vigilancia del peso y la talla. Las dosis de los medicamentos deben ajustarse conforme al aumento de peso, según sea necesario (47).

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