5.2.12. Seguimiento y vigilancia de la población infantil y adolescente que recibe tratamiento de la TB

En toda la población infantil y adolescente que ha comenzado el tratamiento de la TB se debe realizar una evaluación de seguimiento con los siguientes intervalos, como mínimo:

  • Población infantil y adolescente sin infección por el VIH: dos semanas y cuatro semanas después de iniciar el tratamiento, al final de la fase intensiva (al cabo de dos meses), y luego cada dos meses hasta finalizar el tratamiento, al cabo de cuatro o seis meses (dependiendo del esquema utilizado).
  • Población infantil y adolescente con infección por el VIH: dos semanas y cuatro semanas después de iniciar el tratamiento y luego cada mes hasta finalizar el tratamiento, al cabo de cuatro o seis meses (dependiendo del esquema utilizado).
    En la población infantil con enfermedad avanzada por el VIH, el seguimiento debe ser más frecuente, de acuerdo con las recomendaciones existentes para la atención de la enfermedad avanzada por el VIH (78).
  • Los requisitos de seguimiento clínico para el esquema acortado son los mismos que para el esquema de seis meses. Los resultados del tratamiento se determinan una vez finalizado: a los cuatro meses en el caso del esquema corto y a los seis meses si se trata del esquema convencional. La definición de la finalización satisfactoria del tratamiento tiene en cuenta que el número previsto de dosis se reduce en el esquema acortado.

El seguimiento debe incluir, como mínimo, lo siguiente:

  • Evaluar la resolución o la persistencia de los signos y síntomas relacionados con la TB, los signos y síntomas de los efectos secundarios de los medicamentos y otros signos y síntomas.
  • Determinar el peso: las dosis deben ajustarse en función del aumento de peso.
  • Evaluar la adhesión: examinar la tarjeta de tratamiento y hablar al respecto con el paciente, los cuidadores y otras personas que apoyan el tratamiento.
  • Se pueden recoger muestras de esputo de seguimiento para realizar la baciloscopia, dos meses después de comenzar el tratamiento y al finalizarlo, en cualquier niño con resultados positivos en las pruebas Xpert® MTB/RIF o Xpert® Ultra, la baciloscopia o el cultivo en el momento del diagnóstico, si el establecimiento de tratamiento tiene capacidad para realizar la prueba. Sin embargo, la mejoría sintomática y el aumento de peso son marcadores más valiosos del éxito o el fracaso del tratamiento (72). Si se obtienen resultados positivos en la baciloscopia de seguimiento, se deben llevar a cabo otras pruebas complementarias para evaluar la farmacorresistencia (Xpert® MTB/ RIF o Xpert® Ultra, cultivo y PSF para determinar la farmacorresistencia) y buscar otras causas de mala respuesta al tratamiento (véase el recuadro 5.12). En los niños que no pueden expectorar, no es necesario obtener una nueva muestra al final del tratamiento si el resultado en la muestra obtenida a los dos meses es negativo.
  • No está indicado repetir la toma de muestras a los dos meses en los niños con TB no confirmada, a menos que haya una respuesta clínica inadecuada sin mejoría sintomática ni nutricional.
  • La radiografía de tórax de seguimiento no es necesaria si el niño está respondiendo bien al tratamiento de la TB. Los niños suelen tener una respuesta radiográfica lenta al tratamiento y pueden tener anomalías radiográficas persistentes al finalizarlo (6), pero esto no significa que no estén respondiendo al tratamiento.

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