4.3.4. Presentaciones clínicas atípicas en la población infantil con TB pulmonar

La TB puede manifestarse inicialmente de forma atípica, como una neumonía aguda grave (más frecuente en los menores de 2 años y en los niños con infección por el VIH) o sibilancias fijas en las vías respiratorias (más frecuentes en los menores de 5 años) (72).

Entre los signos de neumonía grave se encuentran los siguientes:

  • saturación periférica de oxígeno inferior a 90% o cianosis central;
  • dificultad respiratoria grave (p. ej., quejido espiratorio, aleteo nasal, tiraje muy intenso);
  • signos de neumonía, definidos como tos o dificultad respiratoria con respiración rápida (taquipnea) o tiraje, con cualquiera de los siguientes signos de peligro:
    • incapacidad para mamar o beber;
    • vómitos persistentes;
    • letargo o reducción del nivel de conciencia;
    • convulsiones;
    • estridor en un niño tranquilo;
    • desnutrición grave.

Se debe sospechar la presencia de TB pulmonar si hay una mala respuesta a los antibióticos, y sobre todo si hay antecedentes de contacto con algún caso de TB. En la población infantil con infección por el VIH, también se debe sospechar otra enfermedad pulmonar relacionada con el VIH, como la neumonía por Pneumocystis jirovecii (anteriormente denominada neumonía por Pneumocystis carinii).

Las sibilancias asimétricas y persistentes pueden estar causadas por la compresión de las vías respiratorias a causa del aumento de tamaño de los ganglios linfáticos intratorácicos por la TB. Se debe sospechar una TB pulmonar cuando las sibilancias son asimétricas, persistentes y monofónicas, no responden al tratamiento broncodilatador y se asocian a otras características típicas de la TB (p. ej., ganancia ponderal insuficiente, fiebre persistente).

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