5.2.4.2. Inclusión del etambutol en la fase intensiva del tratamiento

Durante muchos años, no se recomendó usar el etambutol en los menores de 5 años. La preocupación era que pudiera causar una neuritis óptica en niños demasiado pequeños para referir los primeros síntomas visuales, lo que podría conducir a una ceguera irreversible. En un examen de los datos farmacocinéticos y de seguridad del etambutol en la población infantil, se llegó a la conclusión de que el riesgo de toxicidad ocular era insignificante si se respetaban las dosis recomendadas, sobre todo teniendo en cuenta que el uso del etambutol se limita a la fase intensiva del tratamiento (88, 89).

En el ensayo SHINE, el etambutol se incluyó en los primeros dos meses de tratamiento, dependiendo de la política local vigente en el establecimiento de inclusión en el estudio, tanto en el esquema de cuatro meses como en el esquema comparativo de seis meses. Todos los niños con infección por el VIH del ensayo SHINE recibieron etambutol en los primeros dos meses de tratamiento (con independencia del esquema que recibieron).

Es preferible que los niños con infección por el VIH tratados con el esquema de cuatro meses reciban etambutol durante los primeros dos meses de tratamiento, con independencia de la prevalencia de fondo de la infección por el VIH. Además, se recomienda encarecidamente añadir el etambutol al esquema de cuatro meses durante los primeros dos meses en entornos con una gran prevalencia de fondo de resistencia a la isoniacida o de infección por el VIH.

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