Enlaces transversales de Book para 5.2.4.1. Assessing eligibility for the 4-month regimen
La TB no grave se define como: TB ganglionar periférica; TB ganglionar intratorácica sin obstrucción de las vías respiratorias; derrame pleural por TB no complicado; o enfermedad paucibacilar sin cavernas, limitada a un lóbulo pulmonar y sin patrón miliar.
Dado que la radiografía de tórax es una herramienta importante para evaluar la gravedad de la enfermedad en la población infantil y adolescente, se recomienda a los PNT a ampliar el acceso a radiografías de tórax de buena calidad y a proporcionar capacitación a los prestadores de atención de salud sobre su interpretación. Los pagos directos asociados a la radiografía de tórax suponen un posible obstáculo para el diagnóstico de la TB y el acceso al esquema acortado para la población infantil y adolescente que reúne los requisitos para recibirlo.
En el ensayo SHINE, se consideró que los niños con resultados positivos en la prueba Xpert® MTB/ RIF pero resultados negativos en la baciloscopia de esputo cumplían los criterios de inclusión. Los 85 niños (7%) con resultados positivos en la prueba Xpert® MTB/RIF (45 en el grupo del tratamiento durante cuatro meses, 40 en el grupo del tratamiento durante seis meses) presentaron resultados semicuantitativos muy bajos o bajos en esta prueba (86). Por lo tanto, en los criterios de aptitud para recibir el esquema de cuatro meses, se incluyen los resultados semicuantitativos con trazas, muy bajos o bajos en las pruebas Xpert® MTB/RIF o Xpert® Ultra. Si se utiliza la baciloscopia para la confirmación bacteriológica, el niño debe tener un resultado negativo en la baciloscopia para reunir los requisitos para recibir el esquema de cuatro meses.
Los niños con desnutrición aguda grave, los lactantes menores de 3 meses y los niños que han recibido tratamiento para la TB en los últimos dos años no reúnen los requisitos para recibir el esquema de cuatro meses y deben recibir el esquema de seis meses (véase la sección 5.2.5).
En el recuadro 5.3 se presentan los criterios para evaluar la gravedad de la enfermedad en diferentes contextos, incluidos los entornos sin acceso a la radiografía de tórax y a las pruebas bacteriológicas.
La disponibilidad de medicamentos y formulaciones aptos para la población pediátrica son otras consideraciones importantes a la hora de seleccionar un esquema de tratamiento.
El tratamiento se debe mantener durante seis meses o modificarlo en niños y adolescentes que no hayan respondido clínicamente (mostrando un aumento de peso o la resolución de los síntomas de TB) tras seis meses de tratamiento. Se debe evaluar minuciosamente a estas personas para detectar la TB‑DR, enfermedades no relacionadas con la TB (p. ej., una neoplasia o una enfermedad pulmonar relacionada con el VIH) y la adhesión insuficiente al tratamiento.