Enlaces transversales de Book para 4.2.4 Asking questions
Plantear preguntas de manera apropiada es una técnica importante que ayuda a:
- definir lo que ya conoce el paciente y detectar cualquier posible brecha de información;
- reconocer necesidades específicas;
- examinar las actitudes y las creencias de un paciente;
- generar comentarios y opciones para solucionar problemas;
- comprender las razones que justifican las decisiones o acciones.
Es importante averiguar los conocimientos actuales de un paciente sobre la TB y su tratamiento antes de proporcionar más información. En esta situación, es importante hacer preguntas. Un equilibrio entre las preguntas “cerradas” y “abiertas” puede ayudar a recoger la información necesaria en poco tiempo.
Una pregunta cerrada es aquella para la cual la única respuesta posible es “Sí” o “No”. Algunos ejemplos son: “¿Tiene tos? ¿Tiene fiebre?”. El problema con el uso de preguntas cerradas es que “Sí” o “No” a menudo no describen bien lo que la persona quiere decir.
Allí es donde tiene valor la pregunta abierta. Este tipo de técnica permite que las personas describan su experiencia con sus propias palabras. Las preguntas abiertas son cortas y no sugieren una respuesta específica. Comienzan con palabras como “Qué”, “Por qué”, “Cómo” y son muy cortas. Algunos ejemplos son “¿Cómo se siente después de tomar sus medicamentos? ¿Por qué tiene dificultad para tomar sus medicamentos todos los días?”.
En condiciones ideales, un problema se debe explorar con preguntas abiertas y luego se deben plantear preguntas cerradas que completen la información. En ocasiones, sin embargo, las personas pueden entrar en detalles innecesarios y es preciso que los prestadores de atención mantengan un cierto control de la interacción y prosigan con delicadeza.