6.3.5 Pacientes con TB extrapulmonar

Las recomendaciones de la OMS sobre los esquemas alargados para la TB-MDR también se aplican a pacientes con afección extrapulmonar. Puede ser necesario realizar ajustes según la localización específica de la enfermedad. La mejor forma de orientar el tratamiento de la meningitis por TB-RR/MDR son las pruebas de sensibilidad a fármacos de la cepa infectante y el conocimiento de la capacidad de los fármacos contra la TB para atravesar la barrera hematoencefálica. Las fluoroquinolonas del grupo A (levofloxacina y moxifloxacina) y el linezolid tienen una buena penetración en el sistema nervioso central a través de la barrera hematoencefálica, al igual que la etionamida o la protionamida, la cicloserina o la terizidona, y la combinación imipenem-cilastatina (109-111). Las convulsiones pueden ser más frecuentes en la población infantil con meningitis en tratamiento con imipenem; por ello, se prefiere el meropenem para los casos de meningitis por TB y en los pacientes pediátricos (112-114). La isoniacida en dosis altas y la pirazinamida también alcanzan niveles terapéuticos en el líquido cefalorraquídeo, y pueden ser útiles si las cepas son sensibles. Ni el ácido paraaminosalicílico ni el etambutol penetran bien en el SNC y no se les debe considerar fármacos eficaces para la meningitis por TB-MDR. La amikacina y la estreptomicina solo penetran en el SNC cuando hay inflamación meníngea. Hay pocos datos sobre la penetración en el SNC de la clofazimina, la bedaquilina o el delamanid.

Book navigation