El diagnóstico y tratamiento tempranos producen beneficios sociales, económicos y de salud. En principio, los beneficios posibles son mayores en las personas que corren el mayor riesgo de retraso o de omisión del diagnóstico porque enfrentan obstáculos para obtener atención de salud (p. ej., personas que viven en comunidades desfavorecidas o zonas remotas) y en especial las personas con el mayor riesgo de obtener resultados desfavorables del tratamiento cuando el diagnóstico se retrasa (p. ej., por deficiencia de su sistema inmunitario como las personas con infección por el VIH y la población infantil).
Al realizar el tamizaje de la TB en una persona, se pueden detectar otras afecciones que requieren tratamiento (como cáncer de pulmón o enfermedad pulmonar obstructiva crónica). Si bien es posible que el equipo de tamizaje no tenga a su cargo ofrecer tratamiento para otras afecciones, es primordial forjar vínculos con otros programas de salud para derivar estos casos.