Antes de poner en marcha un programa se puede elaborar un modelo de su costo‑efectividad y costo-beneficio (que consiste en comparar desde el punto de vista económico los costos y beneficios), a partir de las estimaciones del número previsto de casos adicionales de TB que sean positivos verdaderos detectados, la disminución de la morbilidad, el acortamiento del período de contagiosidad de una persona y la disminución de la transmisión, la incidencia y la mortalidad. El costo dependerá del número necesario de personas a las que se debe realizar el tamizaje, el algoritmo de detección y diagnóstico utilizado, el método aplicado para llegar a las personas con el tamizaje, y los costos directos e indirectos incurridos por las personas examinadas.
La elaboración de modelos se utiliza para estimar la correlación de los costos y el impacto posible sobre la transmisión de la TB y sus características epidemiológicas. Está comenzando a surgir evidencia empírica sobre el impacto del tamizaje activo de toda la comunidad sobre la prevalencia de la TB (26). La herramienta ScreenTB se puede utilizar como una calculadora básica de los costos por caso detectado mediante el tamizaje (véase la sección 3.3).