4.2.2 Escucha activa

La escucha activa es una habilidad de comunicación específica que implica prestar toda la atención a las señales verbales y no verbales. Requiere una concentración intensa; el prestador de atención de salud debe mostrar un interés profundo y respeto por los pacientes y no debe interrumpirles. En el asesoramiento en materia de salud es muy importante escuchar con atención a los pacientes de manera que la conversación se adapte a sus necesidades individuales.

La escucha activa es más que solo oír las palabras que dice otra persona; significa prestar atención y demostrar que usted ha escuchado y entendido lo que se le dijo. Si los prestadores de atención de salud muestran una escucha real, esto aumentará la confianza de los pacientes y hará que se sientan más cómodos con el prestador. Así se facilita la creación de una alianza.

Con el fin de demostrar que el prestador de atención ha entendido lo que se le dijo, es útil repetir o resumir al paciente lo que se ha dicho con palabras diferentes. Parafrasear o resumir las respuestas o preguntas de un paciente también puede ayudar a verificar la información. Un ejemplo útil de resumen de una conversación es el siguiente:

“Déjeme verificar si entendí correctamente. Usted entiende lo que es la TB; también comprende el tratamiento que se le ha recomendado y por qué este tratamiento es tan importante para usted. Sin embargo, le preocupan los efectos secundarios de la medicación, sobre todo porque tomará estos medicamentos durante varios meses, ¿es así?”.

Estas habilidades también muestran la participación del prestador de atención en la conversación. Otra habilidad de comunicación se denomina reflexión. Por ejemplo, si un paciente está describiendo sus preocupaciones, el prestador de atención debe observar la reacción emocional del paciente y luego comentar “Parece que está muy preocupado por estos síntomas”. Reconocer los sentimientos de un paciente también demuestra comprensión y ayuda a construir una relación eficaz.

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