7.4 Consideraciones relativas a la puesta en práctica

Se recomienda realizar pruebas de detección del VIH por iniciativa del prestador de atención como parte de la evaluación de todos los pacientes con TB y de los pacientes en los que se sospecha la presencia de enfermedad por TB. La realización de pruebas para detectar el VIH es especialmente importante en las personas que tienen o se sospecha que tienen una TB extrapulmonar, debido a la mayor frecuencia de afectación extrapulmonar en las personas con inmunodepresión. La TB extrapulmonar se considera una enfermedad por el VIH en el estadio clínico 4 de la OMS.

En función de la gravedad de los signos y síntomas, y de la probabilidad de posibles secuelas, el paciente puede necesitar un seguimiento frecuente del tratamiento o un seguimiento posterior al tratamiento (o ambos).

Aunque para realizar el diagnóstico a veces es necesario recurrir a la cirugía, esta desempeña un papel pequeño en el tratamiento de la TB extrapulmonar, y su uso se reserva para el tratamiento de las complicaciones tardías de la enfermedad, como la hidrocefalia, la uropatía obstructiva, la pericarditis constrictiva y la afectación neurológica de la enfermedad de Pott (TB vertebral). En el caso de los ganglios linfáticos grandes y fluctuantes que parecen estar a punto de drenar espontáneamente, la aspiración o la incisión y el drenaje pueden ser beneficiosos. Para prevenir nuevas complicaciones y manejar situaciones similares de forma oportuna, puede ser necesario el seguimiento clínico en determinados pacientes.

Aparte de estas situaciones específicas, no hay recomendaciones adicionales más allá de las normas asistenciales. En la sección 9 de este documento se ofrece información adicional sobre el seguimiento del tratamiento.

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