5.1.2 Modelo hospitalario de tratamiento y atención de la TB

Algunos pacientes pueden necesitar permanecer en el hospital para recibir el tratamiento de la TB. Es el caso de un paciente con una forma grave de TB-DS o TB-DR (por ejemplo, meningitis, infección vertebral, pericarditis, TB miliar o enfermedad pulmonar grave por TB con signos de dificultad o insuficiencia respiratoria o sepsis), con enfermedades concomitantes graves (por ejemplo, desnutrición grave, infección por el VIH no tratada, diabetes mal controlada), de muy corta edad o de edad avanzada, o que presente reacciones adversas graves a los medicamentos (66). En estos casos, los pacientes pueden necesitar la hospitalización hasta que se estabilicen estas afecciones. En el pasado, lo habitual era mantener a los pacientes con TB-DR en el hospital hasta el final de la fase intensiva del tratamiento o hasta obtener resultados negativos de la baciloscopia o el cultivo. No está indicada una hospitalización prolongada sistemática de los pacientes en tratamiento por TB-DR, a menos que sea absolutamente necesario por razones médicas. El esquema de tratamiento rara vez debe exigir la hospitalización de un paciente con TB-DR, porque se debe hacer todo lo posible para que inicie un esquema totalmente oral que pueda recibir como paciente ambulatorio. Además, un paciente debe mantenerse en aislamiento mientras esté hospitalizado solo cuando no queden otras opciones.

En el recuadro 4 se enumeran los aspectos que deben tenerse en cuenta cuando la hospitalización de un paciente es necesaria. Los pacientes hospitalizados deben tener acceso a todos los servicios de apoyo social que necesiten (véase la sección 3.1). La hospitalización debe durar el menor tiempo que sea seguro desde el punto de vista médico, y los prestadores de atención deben reevaluar de manera periódica su duración. Se debe hacer todo lo posible para transferir la atención del paciente a la consulta externa cuanto antes.

Es necesario que haya buena comunicación y coordinación entre el hospital y los prestadores de atención ambulatoria, lo cual implica: 1) informar a los equipos ambulatorios apropiados varios días antes del alta hospitalaria prevista del paciente, y 2) proporcionar toda la información clínica sobre el paciente, incluidos todos los medicamentos recetados necesarios para las primeras dos a cuatro semanas de tratamiento como paciente ambulatorio.

En el caso de un paciente que no pueda tomar sus medicamentos, con mucha anterioridad al alta hospitalaria se debe abordar con el paciente y el equipo de atención ambulatoria la evaluación de riesgos y la elaboración de un plan para reducirlos mediante apoyo social.

Recuadro4

Book navigation