La TB es una causa o una comorbilidad frecuente en la población infantil con neumonía diagnosticada mediante criterios clínicos. En una revisión sistemática sobre la TB en la infección respiratoria aguda se encontró que M. tuberculosis se detectaba en 5% a 10% de los menores de 5 años con neumonía en los países donde la TB es endémica (223). Los datos limitados de estudios clínicos y de autopsia indican que la TB también se asocia con la mortalidad en esta población. Los estudios de prevalencia, incluido el estudio multicéntrico PERCH (224), confirman estos resultados.
La revisión puso de manifiesto que características clínicas como la persistencia de los síntomas, tenían una especificidad baja para el diagnóstico de TB en la población infantil de corta edad que presentaba neumonía. La TB se manifiesta con síntomas agudos y graves de neumonía, que no se pueden diferenciar de las otras causas (ni por criterios clínicos ni radiográficos). La corta edad y los antecedentes de un contacto directo o del hogar con un caso de TB son factores de riesgo importantes para la TB, que se conocen en la población infantil que acude por primera vez con neumonía; sin embargo, solo en una minoría de los casos diagnosticados con TB confirmada bacteriológicamente se había un referido un contacto directo. El mal estado nutricional aumenta el riesgo de neumonía por todas las causas y se acepta como una característica y como un factor de riesgo de contraer la TB. Los datos recientes fueron insuficientes para determinar el riesgo relativo actual de que la neumonía sea la forma de presentación de la TB en niños y niñas con infección por el VIH.
La TB puede intervenir en el fracaso terapéutico de la población infantil con neumonía, con frecuencia después de una respuesta clínica inicial al tratamiento antibiótico empírico de la neumonía, posiblemente debido a una coinfección con patógenos sensibles a estos antibióticos, como Streptococcus pneumoniae. Por consiguiente, en niños y niñas con neumonía que tienen síntomas prolongados, antecedentes de contacto con un caso de TB, fracaso del tratamiento o neumonía recurrente es fundamental evaluarlos para detectar la enfermedad por TB. En el recuadro 7.7 se resumen las implicaciones relativas a la puesta en práctica.
