El concepto del modelo diferenciado de prestación de servicios (antes denominado “atención diferenciada”) se aplica cada vez más en la prestación de servicios integrales relacionados con el VIH (78). En el contexto de la infección por el VIH, el modelo es un enfoque centrado en las personas que simplifica y adapta los servicios relacionados con el VIH, con el fin de atender mejor las necesidades de las personas afectadas y optimizar los recursos disponibles en los sistemas de salud. El modelo se basa en el hecho de que la prestación de servicios no puede ser una solución única para todos y reconoce la diversidad de las personas que buscan los servicios. Está diseñado para ofrecer de manera eficiente conjuntos de servicios de atención de salud centrados en las personas y puede ser muy eficaz en el cuidado de las personas con enfermedades crónicas.
Los principios del modelo diferenciado de prestación de servicios se aplican al proceso de continuidad asistencial de la infección por el VIH, que abarca la prevención, la realización de pruebas, la vinculación con servicios de atención, el inicio y el seguimiento del TAR y la integración de la atención relacionada con el VIH, las coinfecciones y las enfermedades concomitantes. Dado que la TB es una enfermedad crónica y forma parte de las enfermedades asociadas con la infección por el VIH, el enfoque diferenciado de prestación de servicios se puede considerar como un modelo cuya aplicación favorece una mejor atención centrada en el paciente.
