Enlaces transversales de Book para 6.2.1.9. Socioeconomic impact of TB on children, adolescents and families
La TB suele afectar a las personas de nivel socioeconómico inferior y agrava la pobreza y la privación social por sus costos catastróficos y la disminución de los ingresos familiares²⁵. La mayoría de los niños con TB contrae la enfermedad después del contacto con un miembro adulto de la familia que tenga TB pulmonar contagiosa. Una cifra alta de notificaciones de TB en la población infantil indica una epidemia en curso en la población adulta (170). La TB en la unidad familiar no solo causa transmisión a la población infantil, sino que también representa una amenaza para los ingresos del hogar y la seguridad económica. Algunos ejemplos de las consecuencias de la TB en la población infantil son la deserción escolar tras la pérdida parental debida a la TB o la necesidad de trabajar para mantener los ingresos del hogar (171). La TB en la infancia o la adolescencia puede interrumpir o retrasar la escolarización y perjudicar el crecimiento (172).
Como parte del proceso de elaboración de las directrices consolidadas sobre la atención de la población infantil y adolescente con TB, se concibió un marco conceptual que describía las vías y mecanismos más plausibles, que están al origen de la repercusión socioeconómica de la TB de la población infantil y adolescente (Atkins S, Heimo L, Carter D et al., datos no publicados, 2022).
En este marco, las repercusiones materiales, educativas y psicosociales contribuían al empobrecimiento infantil; las oportunidades educativas desaprovechadas; el retraso del crecimiento físico, intelectual y emocional; y a los problemas de salud mental.
En una revisión exploratoria asociada se encontró que el tiempo dedicado al cuidado de un niño con TB tenía repercusiones en los gastos, la nutrición y la educación de la familia y que en general menguaba los ingresos familiares, todo lo cual se asociaba con un menor bienestar familiar. La TB tuvo repercusiones sobre la educación de la población infantil, en especial cuando el miembro de la familia afectado era varón y el principal sostén del hogar, a veces con consecuencias intergeneracionales. La hospitalización y otros aspectos del tratamiento de la TB, incluido el tratamiento directamente observado, tuvieron consecuencias en la asistencia a los centros escolares. Además, la estigmatización percibida y confirmada tuvo implicaciones prácticas en el diagnóstico de la TB, la asiduidad a las citas en los consultorios y el tratamiento y se notificaron otras consecuencias psicosociales más allá de la estigmatización, como la ruptura de las relaciones parentales.
Además de la revisión exploratoria, se llevó a cabo un análisis de los datos de 10 encuestas nacionales sobre los gastos de los pacientes con TB, que incluyó cerca de 1500 niños, niñas y adolescentes. Las encuestas nacionales sobre los gastos de los pacientes no suelen estar diseñadas ni cuentan con el poder estadístico para detectar la proporción de la población infantil y adolescente con costos catastróficos, pero los resultados de estos análisis aportaron información adicional útil sobre las consecuencias de un diagnóstico de TB en esta población. En general, si la persona con TB era niño, niña o adolescente, la proporción de hogares que tuvieron costos catastróficos fue menor (41,8%; IC 95%: 22,9% a 60,8%) que cuando el paciente era adulto (56,2%; IC 95%: 44,4% a 68,1%).
La interrupción escolar fue una de las principales consecuencias en la población infantil (8,4%; IC 95%: 3,4% a 13,4%) y adolescente (18,7%, IC 95%: 8,8% a 28,7%) con TB. La inseguridad alimentaria estaba presente en 19,8% (IC 95%: 3,7% a 35,8%) de la población infantil y en 20,5% (IC 95%: 11,5% a 29,8%) de la población adolescente con TB. Los hogares tenían poco acceso a la protección social durante el tratamiento de la TB. De los hogares en los cuales la persona con TB era niño o niña, un promedio combinado de 7,9% (IC 95%: 1,9% a 14,0%) tenía acceso a la protección social; en el caso de la población adolescente, esta cifra era 12,0% (IC 95%: 2,2% a 21,9%).
Estos resultados destacan la necesidad de protección social para la población infantil y adolescente con TB. Además, teniendo en cuenta las necesidades reconocidas, se puede utilizar un enfoque de protección social centrado en la familia. La educación, la inseguridad alimentaria y la protección social son aspectos multisectoriales que requieren vínculos sólidos con programas de otros sectores en un esfuerzo por lograr la atención integral de la TB.
Partiendo de los resultados de la revisión exploratoria, las siguientes etapas pueden ayudar a mitigar y comprender mejor el impacto socioeconómico de la TB en la población infantil y adolescente:
- modelos de estrategias de atención y adhesión al tratamiento que sean adaptadas a la población infantil y la familia, con menos consecuencias socioeconómicas, que al mismo tiempo faciliten la finalización del tratamiento y mantengan un entorno de apoyo al tratamiento en general;
- modelos de atención centrados en la familia para la elaboración de estrategias y formulación de políticas encaminadas a mitigar los efectos directos e indirectos de la TB en la población infantil y adolescente;
- otras investigaciones complementarias que evalúen el impacto socioeconómico de la atención de la TB en la población infantil y adolescente y el efecto de la protección social y otras estrategias de mitigación.
²⁵ La definición operativa de “costos catastróficos como resultado de la TB” se refiere a los gastos directos médicos y no médicos y los gastos indirectos que exceden un umbral determinado de los ingresos del hogar (p. ej., 20%). Los costos médicos se refieren a la suma de los pagos directos para el diagnóstico y tratamiento de la TB asumidos por las personas con TB en un hogar determinado. Los costos directos no médicos son los pagos relacionados con la utilización de los servicios de salud por la TB como los pagos por transporte, alojamiento o comida. Ambos costos son netos, descontando los reembolsos a la persona que realizó los pagos. Los costos indirectos se refieren al tiempo perdido por el paciente o el tutor, la pérdida de salarios (neta de subsidios de asistencia social) y la pérdida de ingresos debida a la búsqueda de atención médica y hospitalización durante el episodio de TB.