Este capítulo se centra en el seguimiento de la evolución del tratamiento y en la detección de cualquier problema que pueda surgir durante el tratamiento de la TB-DS. Ejemplos de estos problemas son las reacciones adversas a los medicamentos o el retraso de la respuesta al tratamiento, que podrían requerir investigaciones adicionales para decidir si se mantiene el tratamiento o se modifica la estrategia de tratamiento.
Se debe hacer el seguimiento de todos los pacientes para evaluar su respuesta al tratamiento. El seguimiento regular de los pacientes también facilita la adhesión al tratamiento y su finalización.
Aunque la probabilidad de fracaso del tratamiento es mucho menor en las personas con TB-DS que en las personas con TB-MDR, es importante describir los principios del seguimiento eficaz cuando se sospecha que hay farmacorresistencia y un posible fracaso del tratamiento. La exploración clínica regular (con seguimiento del peso corporal), la radiografía de tórax y el seguimiento de laboratorio hacen que sea más fácil determinar si algo va mal y, por tanto, adoptar medidas rápidamente.
Lo ideal es que se instruya a todos los pacientes, a las personas que apoyan el tratamiento y a los trabajadores de salud para que informen de la persistencia o reaparición de los signos y síntomas de TB (incluida la pérdida de peso), la mejoría clínica lenta, los signos y síntomas de reacciones adversas a los medicamentos o las interrupciones del tratamiento. Se debe hacer el seguimiento del peso del paciente cada mes, y ajustar las dosis si el peso cambia. Cuando sea posible, también puede ser útil el seguimiento radiológico. El médico que trata al paciente debe realizar exploraciones clínicas con regularidad.
Para cada paciente con TB, se debe mantener un registro escrito de todos los medicamentos administrados, la respuesta bacteriológica y los eventos adversos en la tarjeta de tratamiento de la TB.