Enlaces transversales de Book para 2.7.2 Proposed indicators
Las estrategias de tamizaje dependerán de cada grupo y se deben elaborar indicadores específicos de la intervención para cada enfoque. En general, no obstante, se deberán recoger los datos sobre los indicadores que se muestran en la figura 2.5 para cada grupo en riesgo destinatario, por ejemplo, todos los contactos cercanos de pacientes con TB o todas las personas con infección por el VIH que reciben atención.
Es primordial dar seguimiento al rendimiento diagnóstico de pacientes con TB confirmada bacteriológicamente y TB sin confirmación. Una proporción alta de pacientes con TB no confirmada proveniente de los programas de tamizaje podría indicar un sobrediagnóstico y debería llevar a una evaluación más precisa de las actividades sistemáticas de tamizaje y diagnóstico, teniendo en cuenta las limitaciones de las pruebas diagnósticas y la necesidad de un diagnóstico empírico o clínico en determinados grupos de la población como las personas con infección por el VIH y la población infantil. En el caso de detección de pacientes con TB en fase tardía, sería alta la proporción de personas con TB presuntiva entre las personas que participaron en el tamizaje (C/B) y la proporción de personas diagnosticadas con TB entre quienes se examinaron para detectar la TB (E/B). Este hallazgo indicaría la necesidad de ampliar la búsqueda activa de casos de TB en un grupo en riesgo. Los valores bajos en indicadores como la proporción de las personas que reúnen los criterios que participan en el tamizaje (B/A), la proporción de personas con pruebas para detectar TB que reciben confirmación diagnóstica (D/C) y la proporción de personas diagnosticadas que comienzan el tratamiento (F/E) pueden revelar deficiencias de capacidad en puntos críticos en la vía de atención de la TB, que deben abordarse.
Los datos deben desglosarse por variables como grupo etario y sexo. Esto exige recopilar algunos datos personales sobre cada persona que participa en el tamizaje, lo cual debería ser posible con los medios disponibles en la mayoría de los programas; las necesidades de programas y equipos informáticos son relativamente modestas.
Durante la fase de ensayos preliminares de un programa de tamizaje deben recopilarse otros indicadores del proceso (como el número de personas contactadas y que participaron en el tamizaje por día, el tiempo requerido para cada etapa de tamizaje y diagnóstico y el número de personas que necesitan derivación), con el fin de verificar que funciona según lo diseñado y fundamentar la logística y la capacidad (p. ej., el número de pruebas necesarias). La recopilación precisa de estos datos es más sencilla que la estimación de los grupos de población que reúnen los criterios del tamizaje y pueden indicar si hay problemas y ayudar a planificar la capacidad operativa (p. ej., actividades de tamizaje en furgonetas móviles con el transcurso del tiempo). Sin embargo, una vez que se ha establecido el programa, se deben descartar estos indicadores complementarios y centrarse en la agilización del programa y su ampliación.
La aceptación del tamizaje por parte de un grupo en riesgo (es decir, la proporción de las personas que reúnen los criterios para el tamizaje que en realidad participan) solo puede evaluarse si el tamaño del grupo destinatario ha sido bien definido. Por lo general, es posible encontrar la información pertinente sobre el tamizaje realizado en los establecimientos de salud, entornos cerrados (como las prisiones) y en las investigaciones de contactos; sin embargo, a menudo es difícil obtener estos datos en los programas ambulantes de tamizaje, como cuando se lleva a cabo en la comunidad, aunque la población estimada de una comunidad destinataria aporta una estimación aproximada de la población que reúne los criterios.
Siempre que se realice el tamizaje se debe determinar la línea de base de la tasa de notificación de TB a partir de los datos históricos, si están disponibles (29). En la mayoría de los programas, estos datos suelen encontrarse en los registros de notificación. Si están almacenados en un formato basado en los casos (o datos de pacientes individuales), podrá hacerse un desglose más extenso por grupos en riesgo de interés. Es posible que los datos históricos deban ajustarse a las tendencias temporales. El tamizaje puede generar un rendimiento considerable, pero sin modificación real en la notificación de la TB. Esto podría indicar la existencia de puntos de tamizaje mal ubicados, pero también puede ser el resultado de una mejor búsqueda de casos en grupos de la población anteriormente desatendidos y una disminución en los casos positivos falsos, que antes exageraban las cifras de notificación. Si este es el caso, se espera que la proporción de pacientes con TB notificados con confirmación bacteriológica aumente con el tiempo, incluso si las cifras permanecen estables.