Enlaces transversales de Book para 7.2 Respirators
Normalmente no se necesitan respiradores para el trabajo en un laboratorio de tuberculosis. Sin embargo, pueden ser recomendados después de una evaluación de riesgos en un laboratorio de contención de tuberculosis si se manipulan cultivos. Aunque no se utilicen normalmente, deben estar disponibles en los laboratorios en los que se manipulan cultivos en caso de que se produzca un peligro biológico accidental (como un derrame) fuera de la CSB. Los respiradores deben formar parte del kit de limpieza de derrames del laboratorio
Los respiradores nunca deben usarse en sustitución de una CSB que funcione debidamente y sea objeto de un mantenimiento adecuado. Si una evaluación de riesgos así lo indica, deben utilizarse respiradores N95 (norma de los EE.UU. NIOSH N95) o FFP2 (norma europea EN149:2001). Esos respiradores son ligeros y desechables, cubren la nariz y la boca y filtran el 94%–95% de las partículas de ≥ 0,3–0,4 µm.
Si se utilizan respiradores en un laboratorio, todo el personal debe ser instruido y capacitado para utilizarlos y ajustarlos correctamente, así como advertido de sus limitaciones. En condiciones ideales, el personal debe pasar una prueba de ajuste para asegurar que no se producen fugas. Los respiradores no deben utilizarse en personas con vello en la cara. Deben almacenarse en un lugar práctico, limpio, seco e higiénico y no se usarán fuera del laboratorio. Una vez que se ha colocado el respirador, el usuario nunca deberá tocar su parte frontal. No lo colocará debajo de la barbilla ni sobre la cabeza cuando hable o conteste al teléfono.
Los respiradores deben ser inspeccionados antes de cada uso para comprobar que no hay orificios además de los correspondientes a las grapas, y para asegurar que no han sufrido daños (los orificios dados de sí con material de filtro desgarrado o roto alrededor de los agujeros de las grapas se consideran daños). También hay que comprobar las cintas y las válvulas. Un respirador dañado debe ser desechado y sustituido de inmediato.
Las máscaras quirúrgicas no son respiradores, no están certificadas como tales y no ofrecen una protección suficiente a la persona que realiza pruebas de diagnóstico de la tuberculosis capaces de generar aerosoles. No están concebidas para proteger al usuario de la inhalación de pequeños aerosoles infecciosos, por lo que no deben utilizarse.