3.1.2 Tamizaje por radiografía de tórax

CXR screening

La radiografía de tórax es una técnica de imagen rápida que detecta imágenes pulmonares anormales. Se utiliza en la evaluación clínica de las afecciones del tórax, incluido el aparato respiratorio, las costillas, los pulmones, el corazón y el diafragma. La radiografía de tórax es una buena herramienta en el tamizaje de la TB pulmonar, dada su gran exactitud para detectar la TB activa, sobre todo antes de la aparición de síntomas. Desde la perspectiva de la persona que se somete al tamizaje, la radiografía de tórax es valiosa porque también puede detectar afecciones médicas diferentes de la TB, como otras afecciones pulmonares y torácicas.

Se estima que la sensibilidad de la radiografía de tórax con el umbral de “cualquier imagen anormal” es de 94% y su especificidad de 89% (cuadro 3.1). Cuando se aplica el umbral de “una imagen anormal indicativa de TB”, su sensibilidad estimada es menor (85%) pero la especificidad es mayor (96%). Por lo tanto, se puede utilizar ya sea “cualquier imagen anormal” o “una imagen anormal indicativa de TB” detectada por la radiografía de tórax, en función del contexto, la experiencia radiográfica, la disponibilidad de otros recursos como las pruebas de diagnóstico y la preferencia por una mayor sensibilidad o una mayor especificidad del algoritmo de tamizaje.

Si bien la radiografía de tórax es la herramienta de tamizaje preferida desde el punto de vista de la exactitud de la prueba, puede ser costosa y con exigencias logísticas importantes, en especial durante la búsqueda activa de casos, cuando el tamizaje se lleva a cabo como una actividad de extensión fuera de los servicios de salud. Es importante tener en cuenta que las personas pueden necesitar desplazarse por la radiografía de tórax fuera de sus establecimientos habituales y asumir su costo. Es una buena opción en la mayoría de las situaciones de tamizaje, sobre todo cuando es en un entorno de atención de salud o donde se puede usar equipos móviles de rayos X, pero no es factible en otras.

Consideraciones relacionadas con el uso de la radiografía de tórax como herramienta de tamizaje

Equipos y recursos

  • La puesta en marcha de la radiografía de tórax requiere equipos. Se deben tener en cuenta los recursos necesarios (presupuesto, personal de salud, equipo de protección personal, equipos de imagen).
  • Garantizar el buen funcionamiento del equipo de radiografía y crear un mecanismo de mantenimiento periódico para el funcionamiento óptimo del equipo.
  • Los equipos ambulatorios de radiografía de tórax pueden aumentar el acceso de los grupos que reúnen los criterios del tamizaje de la TB, fuera del establecimiento de salud (31).

 Tecnología digital

  • Es preferible el uso de equipos de radiografía digital a fin de aumentar el acceso al tamizaje por radiografía de tórax, ya que el rendimiento puede ser mayor y el tiempo de procesamiento más corto, con lo cual se reducirá el impacto ambiental del uso de placas radiográficas y la impresión. Las técnicas de radiografía más recientes emiten dosis más bajas de radiación y pueden ser mucho más fáciles de transportar (31).
  • La comparación de múltiples imágenes de radiografías de tórax de una misma persona con el transcurso del tiempo ayuda al diagnóstico. Si se dispone de la tecnología y los procedimientos adecuados, puede ser más práctico archivar y recuperar las imágenes digitales que las placas físicas. • Considerar la posibilidad de transferir las imágenes para notificación remota (telerradiología) y DAC de la TB en radiografías digitales, según sea necesario, con el fin de ampliar el uso de la radiografía de tórax en el tamizaje (p. ej., en entornos que no cuentan con radiólogos para la notificación local o donde su disponibilidad es escasa).
  • Considerar la posibilidad de transferir las imágenes para notificación remota (telerradiología) y DAC de la TB en radiografías digitales, según sea necesario, con el fin de ampliar el uso de la radiografía de tórax en el tamizaje (p. ej., en entornos que no cuentan con radiólogos para la notificación local o donde su disponibilidad es escasa).

Lectura e interpretación especializadas de la radiografía de tórax y seguimiento adecuado

  • Impartir una capacitación adecuada a los radiólogos y técnicos de radiología, con el objeto de lograr la máxima exactitud de la lectura de las imágenes mediante protocolos locales aceptados.
  • Elaborar procedimientos estandarizados de trabajo para el uso de la radiografía de tórax y el seguimiento adecuado, incluso de las imágenes anormales asociadas con enfermedades diferentes de la TB.
  • Crear instrumentos de trabajo que ayuden a los prestadores de atención a informar a las personas que se someten a la radiografía y a responder a las preguntas más frecuentes sobre la utilidad y el procedimiento de la radiografía de tórax.
  • Fortalecer los mecanismos de supervisión de apoyo y el seguimiento para una ejecución correcta.
  • Desarrollar herramientas de registro y notificación sistemáticos de los resultados de la radiografía de tórax y promover la vinculación con pruebas de diagnóstico confirmatorias.

Acceso 

  • Considerar la posibilidad de proporcionar fondos para que las personas se desplacen para el tamizaje por radiografía de tórax o utilizar unidades móviles de detección que mejoren el acceso a esta modalidad de tamizaje (32).
  • Los pacientes no deberían incurrir en pagos directos por las radiografías de tórax realizadas como parte del tamizaje de la TB. Considerar la posibilidad de eliminar por completo los costos que asumen los pacientes relacionados con la radiografía de tórax o utilizar cupones que reduzcan aún más los obstáculos al acceso a esta herramienta fundamental para el control de la TB.

Seguridad de la radiación 

  • La radiografía implica un cierto grado de exposición a radiaciones ionizantes, lo cual puede aumentar el riesgo de cáncer a largo plazo. Las innovaciones radiológicas recientes han disminuido de manera considerable la exposición a la radiación. La radiografía de tórax se considera en gran medida segura con una dosis de radiación de 0,1 mSv, que corresponde a 1/30 de la dosis media anual de radiación del medioambiente (3 mSv) y a 1/10 de la dosis anual aceptada de radiación ionizante para el público en general (1 mSv). Los fabricantes proporcionan información sobre las dosis en las especificaciones técnicas del equipo que se está utilizando.
  • Minimizar la dosis de radiación al realizar la radiografía de tórax, manteniendo la calidad de la imagen diagnóstica (p. ej., protocolos de escaneo a dosis bajas); utilizar imágenes digitales en lugar de equipos con placas radiográficas.
  • Se pueden utilizar pantallas protectoras de plomo con el fin de disminuir la exposición de otras partes del cuerpo a la radiación ionizante. Aunque se prefiere utilizar las protecciones de plomo, estas no son un requisito para realizar la radiografía como parte del tamizaje de la TB, y es posible minimizar la exposición a la radiación ionizante de otras maneras.
  • Las embarazadas son especialmente vulnerables a la radiación ionizante de la radiografía. La radiografía de tórax no representa ningún riesgo importante para las embarazadas ni el feto, siempre que se sigan las buenas prácticas, con el haz primario dirigido lejos de la pelvis. La población infantil tiene una esperanza de vida más larga y, por lo tanto, más tiempo para desarrollar efectos inducidos por la radiación en la salud durante su vida.
  • Informar a la persona examinada sobre las disposiciones de seguridad para la protección contra las radiaciones.

Para obtener más recursos sobre el uso de la radiografía de tórax en el tamizaje de la TB consultar:

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