2.4.5 Número necesario de personas a las que se debe realizar el tamizaje para detectar un caso de TB

El número necesario de personas a las que se debe realizar el tamizaje para detectar una persona con TB confirmada en un grupo en riesgo específico es proporcionalmente inverso a la prevalencia de TB detectable en este grupo, asumiendo una sensibilidad de 100% de las herramientas tamizaje y diagnóstico que se utilizan. Si un determinado grupo en riesgo tiene una prevalencia muy baja de TB detectable, será necesario realizar el tamizaje de muchas personas para encontrar un caso de TB, con lo cual el número necesario de personas a las que se debe realizar el tamizaje será alto; sin embargo, si un determinado grupo en riesgo tiene una prevalencia alta de TB detectable mediante las herramientas de tamizaje y diagnóstico que se utilizan, será necesario realizar el tamizaje de menos personas por cada caso detectado, con lo cual el número necesario de personas en el tamizaje será más bajo. La figura 2.3 ilustra el concepto general del número necesario de personas a las que se debe realizar el tamizaje para detectar un caso en un grupo en riesgo.

El número necesario de personas a las que se debe realizar el tamizaje

Con una prevalencia de 200 por 100 000 habitantes, el número necesario de personas es como mínimo 500 (en la práctica, será mayor cuando la precisión del tamizaje no sea óptima). La prevalencia de TB no detectada en la población general suele ser inferior a 200 por 100 000 habitantes, incluso en países con una carga alta de TB; por lo tanto, el tamizaje de la población general no suele ser costo‑efectivo.

El número necesario de personas en el tamizaje es un indicador aproximado de la costo‑efectividad y del esfuerzo. La comparación de este indicador en los diferentes grupos en riesgo proporciona una medición de la costo‑efectividad relativa, si se puede suponer que el costo del tamizaje y el tratamiento y los beneficios del tratamiento temprano son equivalentes en todos los grupos en riesgo. Sin embargo, esta suposición rara vez se cumple en la práctica. Por ejemplo, un número necesario de 50 personas en el tamizaje para la investigación de contactos, podría significar que una persona visita doce hogares diferentes en dos días. En contraste, en otra situación, el número necesario de personas podría ser 150 con el tamizaje verbal en una zona de tugurios donde se puede hacer el tamizaje verbal a muchas personas en cuatro horas. Es evidente que el esfuerzo y el costo del tamizaje son más altos en el primer ejemplo, pese a que el número necesario de personas que participan es menor.

Con el propósito de orientar la priorización de los grupos en riesgo, se debe calcular el número necesario de personas en el tamizaje, aunque sea aproximado, para cada grupo que se está considerando para tamizaje, y este debe ser específico según los algoritmos de tamizaje que se utilicen. En el capítulo 3 se brinda una descripción detallada de este proceso.

Book navigation