4.5.2 Seguimiento de la seguridad

Al igual que con todos los programas contra la TB, la vigilancia activa de los posibles eventos adversos es fundamental para garantizar la seguridad de los pacientes y minimizar la morbilidad a corto y largo plazo. Debe establecerse un calendario para los exámenes de seguimiento y aplicarlo a todos los pacientes tratados con el esquema de BPaLM/BPaL. Se debe evaluar apropiadamente a los pacientes al inicio, durante y después del tratamiento. En el anexo 1 en la web [en inglés] se pueden consultar los eventos adversos frecuentes de cada fármaco empleado en el esquema de BPaLM/BPaL, y en el cuadro 4.2 se presenta un calendario de las evaluaciones recomendadas al inicio y durante el seguimiento. El calendario de seguimiento debe contemplar lo siguiente:

  • el seguimiento por medios de laboratorio y electrocardiografía se debe realizar a intervalos mensuales a lo largo de todo el tratamiento (es decir, durante 9 meses si se prolonga);
  • en caso de alteraciones electrolíticas, hematológicas o electrocardiográficas, se puede realizar un seguimiento más frecuente; y
  • es recomendable un seguimiento más frecuente en determinadas situaciones; por ejemplo, en las personas mayores, las personas con infección por el VIH, las que tienen hepatitis causada por los virus de la hepatitis B (VHB) o de la hepatitis C (VHC), diabetes mellitus, insuficiencia hepática o renal moderada o grave, o las que presentan anemia o trastornos visuales al inicio (por ejemplo, glaucoma, cataratas o daltonismo).

Es necesario aplicar el marco de farmacovigilancia activa de los medicamentos contra la TB de la OMS a los pacientes que reciben cualquier tipo de esquema para la TB-MDR, a fin de garantizar que se adopten medidas apropiadas, así como un nivel aceptable de seguimiento y respuesta rápida, ante los efectos adversos (anexo 3 en la web [en inglés]). El marco se debe aplicar junto con el seguimiento de los resultados del tratamiento, lo que incluye el seguimiento temprano de un posible fracaso del tratamiento. La nueva evidencia con respecto a los eventos adversos será importante para construir una base de evidencia sobre la seguridad del esquema de BPaLM/BPaL en diversos entornos. El seguimiento de los cambios en la posología y el plazo de administración del linezolid también servirá para sustentar la futura base de evidencia sobre el uso más amplio del esquema de BPaLM/BPaL y la tolerabilidad del linezolid como parte de este esquema.

Así pues, el PNT debe vigilar activamente la seguridad de los medicamentos a fin de garantizar la atención adecuada de los pacientes, notificar cualquier reacción adversa a los medicamentos a la autoridad responsable de la farmacovigilancia en el país, y fundamentar las políticas a nivel nacional y mundial.

tab-4-2

ALT: alanina-transaminasa; AST: aspartato-transaminasa; BPaL: bedaquilina, pretomanid y linezolid; BPaLM: bedaquilina, pretomanid, linezolid y moxifloxacina; ECG: electrocardiografía; HbA1c: hemoglobina A1c (glucohemoglobina); IMC: índice de masa corporal; OMS: Organización Mundial de la Salud; PSF: pruebas de sensibilidad a fármacos; TB: tuberculosis; VHB: virus de la hepatitis B; VHC: virus de la hepatitis C; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.

ᵃ Signos vitales, tamizaje de los síntomas de la TB, dolor, náuseas, apetito y nutrición, diarrea y candidiasis. La evaluación clínica debe centrarse en el seguimiento de la respuesta al tratamiento y el manejo de los síntomas comunes que acompañan al tratamiento contra la TB y al uso de antibióticos a largo plazo, con el objetivo de fomentar la adhesión.

ᵇ Seguridad alimentaria, vivienda, salud mental y consumo de sustancias psicoactivas. La evaluación psicosocial debe ofrecer una oportunidad para evaluar los factores que favorecen la adhesión al tratamiento y debe vincularse directamente con las intervenciones pertinentes, siempre que sea posible, sobre la base de cuestionarios específicos para cada país.

ᶜ En condiciones ideales, se debe realizar al paciente al inicio una prueba molecular rápida recomendada por la OMS (de resistencia a la rifampicina y las fluoroquinolonas). Otros estudios, si se cuenta con ellos, son la prueba de sensibilidad a fármacos de segunda línea basada en el cultivo, la secuenciación de nueva generación y la prueba de sensibilidad a los fármacos del esquema de BPaLM.

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