4.3.7. Papel de la radiografía de tórax

La radiografía de tórax sigue siendo una herramienta importante en el diagnóstico de la TB en los niños, sobre todo en los que tienen resultados negativos en las pruebas bacteriológicas o cuando no se dispone de pruebas bacteriológicas o no es viable hacerlas. La mayoría de los niños con TB pulmonar presentan cambios radiográficos indicativos de una TB. Si es posible, se deben hacer placas en proyección anteroposterior y lateral en los menores de 5 años, y placas en proyección posteroanterior en los niños mayores y los adolescentes.

Entre las anomalías en la radiografía de tórax indicativas de una TB pulmonar se encuentran las siguientes:

  • adenopatías perihiliares o paratraqueales;
  • opacificación alveolar densa en un niño que no presenta un cuadro agudo;
  • patrón miliar de opacificación;
  • cavitación (más frecuente en los adolescentes);
  • derrame pleural o pericárdico en un niño o adolescente que no presenta un cuadro agudo.

Los adolescentes con TB suelen tener alteraciones radiográficas similares a las observadas en los adultos; las formas de presentación más frecuentes son los infiltrados apicales, con o sin formación de cavernas, o grandes derrames pleurales unilaterales. También pueden presentar adenopatías perihiliares y otras manifestaciones que suelen verse más en los niños. Las radiografías de tórax de buena calidad (incluida una placa en proyección lateral cuando sea posible) son esenciales para hacer una evaluación clínica completa, y su lectura debe correr a cargo de un experto en la interpretación de radiografías de tórax pediátricas (6, 72). Los datos sobre el uso de programas de detección asistida por ordenador para la lectura automatizada de radiografías de tórax en la población infantil siguen siendo limitados, y se necesitan más investigaciones para formular recomendaciones.

La radiografía de tórax es una herramienta importante para determinar la gravedad de la enfermedad en la población infantil. Esto es necesario para comprobar si se cumplen los requisitos para recibir el esquema de tratamiento de cuatro meses recomendado para la población infantil y adolescente desde los 3 meses hasta los 16 años con TB no grave.

En lo que atañe a los niños en los que se ha decidido iniciar el tratamiento de la TB basándose en los algoritmos de decisión integrados que se describen a continuación y a los que no se les ha realizado una radiografía de tórax como parte de su evaluación, lo ideal es hacer una radiografía de tórax, si está disponible, en el establecimiento de atención de salud o cerca. Esto es importante como ayuda para descartar diagnósticos alternativos, diagnosticar la TB y determinar la duración del tratamiento de la TB. También se puede usar la radiografía de tórax para evaluar la respuesta al tratamiento y diagnósticos alternativos en los niños que no responden al tratamiento de la TB.

key points: CXR findings

Resources on interpretation of paediatric chest X-ray

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