Enlaces transversales de Book para 2.1 Introduction
Aproximadamente una cuarta parte de la población mundial está infectada por Mycobacterium tuberculosis. La gran mayoría de estas personas no tienen la enfermedad por TB (10). Se calcula que cada año contraen la infección por M. tuberculosis 7,5 millones de niños y adolescentes menores de 15 años (11). En total, unos 67 millones de menores de 15 años presentan la infección por M. tuberculosis, incluidos 2 millones por cepas multirresistentes (TB‑MDR) y 100 000 por cepas extensamente resistentes (TB‑XDR), y por lo tanto corren el riesgo de desarrollar la enfermedad por TB (12). El riesgo de infección es mayor si la exposición a una persona con TB es estrecha y prolongada (p. ej., la exposición de un lactante o un niño de corta edad a la madre u otro cuidador del hogar) (6).
La investigación de contactos consiste en la identificación sistemática de las personas, incluidos los niños y adolescentes, con enfermedad por TB e infección por TB no diagnosticadas previamente entre los contactos de un paciente con TB. La exposición a la TB suele producirse después de un contacto del hogar u otro tipo de contacto estrecho con una persona (normalmente un adolescente o un adulto) con TB pulmonar confirmada bacteriológicamente. La investigación y el manejo de los contactos consisten en la identificación de los contactos estrechos, la evaluación clínica, la realización de pruebas (cuando sea posible) y la provisión de tratamiento adecuado de la TB (para las personas con enfermedad por TB) o de TPT (para las personas sin enfermedad por TB, pero con infección por TB demostrada o sospechada) (13).
Si el caso inicial es un niño o una niña, se recomienda que en la investigación y el tamizaje de los contactos se hagan esfuerzos para identificar la fuente probable de infección. Esto se conoce como “investigación de contactos inversa” o “investigación de casos originales” (6). Los términos “investigación de contactos” y “evaluación de contactos” suelen utilizarse como sinónimos de “localización de contactos”. Sin embargo, en el contexto de la TB, es fundamental actuar más allá de la identificación de contactos (13), y en este manual se utiliza el término “investigación de contactos”.
La aplicación de algoritmos eficaces para el tamizaje de la TB y la provisión de TPT o tratamiento de la enfermedad, según proceda, puede mejorar la salud de las personas expuestas y de la comunidad en general (13).
El tamizaje sistemático de la enfermedad por TB es la identificación sistemática de las personas con riesgo de contraer la enfermedad por TB, en un grupo destinatario predeterminado, mediante la evaluación de los signos y síntomas y el uso de pruebas, exploraciones complementarias u otros procedimientos que pueden aplicarse rápidamente. En las personas con resultados positivos en el tamizaje, se debe establecer el diagnóstico mediante una o varias pruebas diagnósticas y evaluaciones clínicas adicionales (véase el capítulo 4). El término “tamizaje sistemático de la enfermedad por TB” se utiliza a veces de forma intercambiable con el de “búsqueda activa de casos de TB” (14). El objetivo es detectar la enfermedad por TB de forma temprana para minimizar los retrasos en el inicio del tratamiento, reduciendo así las secuelas para la salud del paciente, la transmisión continua de la TB en la comunidad, y las consecuencias sociales y económicas adversas de la TB para las personas y sus familias. Así pues, la investigación de contactos es una forma de tamizaje sistemático de la TB, pero también incluye la identificación de la (probable) infección por TB y la provisión de TPT.
El diagnóstico temprano de la TB, incluidas las pruebas de sensibilidad a fármacos (PSF) universales, el tamizaje sistemático de los contactos y los grupos de riesgo alto, así como el tratamiento preventivo de las personas con riesgo alto de contraer la enfermedad por TB, son componentes clave del pilar 1 (atención y prevención integradas y centradas en el paciente) de la Estrategia Fin de la TB de la OMS (7).
Detectar la TB únicamente entre las personas que acuden a los establecimientos de salud no es suficiente para encontrar a todas las personas con enfermedad por TB. La deficiencia en la detección de casos que aún persiste (sobre todo en la población infantil y adolescente), la persistencia de los retrasos en el diagnóstico que se traducen en morbilidad y mortalidad, y la transmisión continua en la comunidad indican la necesidad de un enfoque más activo para la detección temprana de la TB. Esto justifica el tamizaje sistemático de la enfermedad por TB en determinados grupos en riesgo (5, 13).
Este capítulo se relaciona con la sección de la trayectoria resaltada en azul en la (figura 2.1). Proporciona orientación para la aplicación de las recomendaciones de la OMS sobre la investigación y el tamizaje de los contactos de casos de TB que conciernen a la población infantil y adolescente. También ofrece algunos ejemplos de enfoques exitosos.
Figura 2.1. Trayectoria desde la exposición hasta la infección y la enfermedad por TB tratada en el capítulo 2