Se considera que una persona presenta un fracaso terapéutico si fue necesario concluir su esquema de tratamiento o sustituirlo permanentemente por un nuevo esquema o una nueva estrategia de tratamiento. Entre los motivos para hacer este cambio se encuentran la falta de respuesta clínica o bacteriológica, las reacciones adversas a los medicamentos y la evidencia de resistencia a los medicamentos del esquema (108).
Se debe considerar la posibilidad de un fracaso terapéutico en un niño o adolescente que esté recibiendo tratamiento de la TB y (72):
- no presente una resolución de los signos y síntomas o estos empeoren;
- muestre una pérdida de peso continua;
- tenga un resultado positivo en la baciloscopia de seguimiento realizada a los dos meses (en la población infantil y adolescente con confirmación bacteriológica en el momento del diagnóstico).
En el recuadro 5.12 se resumen las preguntas importantes que se deben plantear si un niño o adolescente no responde al tratamiento de la TB o se deteriora mientras lo recibe.
La mala adhesión es una causa común de fracaso del tratamiento. El fracaso del tratamiento también apunta a la posibilidad de una TB‑RR/MDR y exige hacer una evaluación cuidadosa con evaluaciones diagnósticas adicionales. También puede ser más frecuente en la población infantil y adolescente con infección por el VIH (79).