5.4.1. Salud después de la TB

Ha aumentado la concientización sobre las consecuencias de la enfermedad por TB en la población infantil y adolescente que van más allá de la supervivencia y la finalización del tratamiento (131, 132). A cada niño o adolescente que recibe tratamiento de la TB se le debe asignar un resultado del tratamiento mutuamente excluyente al final del tratamiento, pero quizá sea necesario hacer el seguimiento y prestar atención una vez finalizado el tratamiento de la TB (71). También es necesario cuantificar y vigilar la carga de morbilidad que se produce una vez finalizado el tratamiento de la TB (salud después de la TB). La mejora de los datos sobre la salud después de la TB aumentará la concientización sobre las consecuencias a largo plazo de la TB y proporcionará intervenciones basadas en la evidencia para mejorar la salud después de la TB y para planificar mejor la atención y el apoyo a los niños y adolescentes afectados y a sus familias (133).

En esta sección se ofrece un resumen de la base de evidencia actual, así como orientación práctica en tres áreas clave de la salud después de la TB en la población infantil y adolescente: meningitis por TB, enfermedad pulmonar por TB y TB osteoarticular posteriores a la TB. Estas áreas clave se basan en los aspectos debilitantes de la enfermedad (meningitis por TB y TB osteoarticular) o en la alta incidencia de la enfermedad en el órgano afectado junto con el posible impacto a largo plazo (TB pulmonar).

El enfoque general para el manejo de la salud después de la TB incluye la atención centrada en la familia con el objetivo de promover la salud y el bienestar de los niños, los adolescentes y sus familias. El objetivo debe ser proporcionar atención en el hogar e implicar a los cuidadores en los procesos de rehabilitación en la medida de lo posible. La evaluación nutricional y la calidad de vida relacionada con la salud también deben formar parte de la evaluación de la salud después de la TB.

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