ReacciónHay al menos tres aspectos importantes que deben tenerse en cuenta al interrumpir el tratamiento de la TB:
- No causar daño. Los medicamentos utilizados en el tratamiento de la TB, y en especial de la TB-DR, tienen efectos adversos notables. Continuar su administración cuando el tratamiento fracasa puede causar más sufrimiento innecesario y crear falsas expectativas en los pacientes y sus familias.
- Salud pública. Es probable que los pacientes en quienes fracasan los esquemas para la TB-DR ya alberguen cepas sumamente resistentes y la continuación del tratamiento puede generar resistencia a más medicamentos. Las cepas sumamente resistentes que pueden surgir podrían infectar luego a otras personas y su tratamiento sería sumamente difícil. Además de la aparición de una resistencia más amplia, la continuación del tratamiento en esta situación también utiliza recursos que pueden ser muy escasos. Por lo tanto, en general, el tratamiento debe interrumpirse en esta situación. Sin embargo, si no hay deterioro clínico y el personal médico prefiere continuar con el esquema, es primordial aplicar un control estricto de infecciones para la afección respiratoria.
- No abandonar. La provisión de cuidados paliativos y de cuidados al final de la vida es imprescindible a fin de optimizar la calidad de vida, con un control apropiado de la infección por TB (16, 91).