6. Modelos de atención para la detección de casos de TB y la provisión del TPT en la población infantil y adolescente

Este capítulo contiene dos recomendaciones nuevas y otras recomendaciones válidas de la OMS que conciernen al apoyo al paciente y los modelos de atención (sección 6.2). Las dos recomendaciones nuevas, sobre la aplicación de modelos descentralizados de atención y modelos integrados de atención centrados en la familia, encaminados a mejorar tanto la detección de casos como la provisión del TPT, se describen de manera exhaustiva, dado que esta información se publica por primera vez. Otras recomendaciones unificadas incluidas en este capítulo se relacionan con el apoyo al paciente, la educación y el asesoramiento en materia de salud, la prestación de apoyo al tratamiento o el tratamiento apoyado por video y los modelos descentralizados de atención para los servicios de TB‑RR/MDR.

Las recomendaciones de este capítulo se han unificado a partir de las directrices actuales de la OMS sobre el tratamiento de la TB y el contexto en el cual debe prestarse, a saber, Guidelines for treatment of drug‑susceptible tuberculosis and patient care, actualización del 2017 (97) y Directrices unificadas de la OMS sobre la tuberculosis. Módulo 4: Tratamiento. Tratamiento de la tuberculosis farmacorresistente, actualización del 2020 (9). Para obtener más información sobre cada recomendación, incluidas las observaciones, la fuente de la evidencia, el fundamento, las consideraciones relativas a los subgrupos y la puesta en práctica y el seguimiento y evaluación, se deben consultar las directrices originales o la plataforma KSP de la OMS sobre la TB.

La capacidad en materia de TB pediátrica suele estar muy centralizada en el nivel de atención secundaria o terciaria, donde los pacientes que acuden pueden presentar una enfermedad extensa, después de retrasos en el acceso a la atención. En los niveles más altos de atención, los servicios a menudo se gestionan de manera vertical y no integrada (10, 98). Es posible que los trabajadores de salud a nivel de la atención primaria tengan capacidad y confianza limitadas en el tratamiento de la TB pediátrica, pese a que es aquí donde busca atención la mayoría de la población infantil con TB o en riesgo de contraerla (10). Además, con frecuencia el tamizaje de la TB no forma parte sistemática de los algoritmos clínicos de la salud infantil, como la atención integrada de las enfermedades prevalentes de la infancia (AIEPI) y la atención integrada de los casos en la comunidad. Los prestadores de atención de salud del sector privado desempeñan un papel cada vez más importante como primer punto de atención en muchos países (99). Hay muchas oportunidades desaprovechadas de rastreo de contactos, así como de prevención, detección y atención de la TB debido a la integración deficiente de los servicios de TB para la población infantil y adolescente con otros programas y servicios.

La descentralización y la prestación de una atención integrada centrada en la familia se destacan como una de las diez acciones clave de la hoja de ruta del 2018 (10). La Hoja de Ruta destaca que abordar de manera coherente y sistemática las deficiencias y los cuellos de botella a lo largo de la vía de atención de la población infantil y adolescente, desde la exposición a la TB y la infección hasta la enfermedad por TB, puede contribuir a disminuir la transmisión de la enfermedad, ampliar la prevención de la infección por TB y lograr un diagnóstico más temprano de la TB con mejores resultados. Lograr esta continuidad asistencial precisa la colaboración entre las esferas de servicios, las disciplinas y sectores de práctica, la participación de la comunidad y también la descentralización e integración de la prestación de servicios a nivel de la atención primaria (10).

La hoja de ruta indica medidas para integrar los servicios de TB para la población infantil y adolescente en la atención centrada en la familia y la comunidad, entre ellas: 1) fortalecer la colaboración y la coordinación a escala nacional en todos los programas relacionados con la salud, que se ocupan de la salud de la mujer, el adolescente y el niño, en especial la salud reproductiva, la salud de la madre, el recién nacido, el niño y el adolescente, la nutrición, la infección por el VIH y la salud primaria y comunitaria, con una clara definición de las funciones y responsabilidades y una responsabilización conjunta; 2) descentralizar e integrar modelos eficaces de atención para la detección, prevención y diagnóstico de la TB con otras plataformas existentes de prestación de servicios de salud maternoinfantil (como los servicios de atención prenatal, atención integrada en la comunidad y atención de las enfermedades prevalentes en la infancia), así como otros servicios conexos (como del VIH, la nutrición y la vacunación); 3) velar por que la población infantil y adolescente con otras comorbilidades frecuentes (como meningitis, desnutrición, neumonía, enfermedad pulmonar crónica e infección por el VIH) se evalúe de manera sistemática para detectar la TB; 4) procurar que las estrategias comunitarias de salud integren la educación, la detección, la prevención y la detección de casos de TB en la población infantil y adolescente a las actividades de capacitación y prestación de servicios; y 5) aumentar el nivel de concientización y la demanda de servicios de TB destinados a la población infantil y adolescente, por parte de las comunidades y los trabajadores de salud (10).

Este conjunto de preguntas PICO examinó el impacto que tienen: 1) la descentralización y 2) los enfoques integrados centrados en la familia de los servicios de TB dirigidos a la población infantil y adolescente, sobre la detección de casos en las personas de estos grupos que presenten signos y síntomas de TB. También examinan el impacto de estas estrategias en la cobertura del TPT en la población infantil y adolescente.

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