5.5 TB y emergencias de salud

Las emergencias de salud, como la pandemia de COVID-19, se asocian con una interrupción en la prestación de servicios de salud, ya sea de manera directa, debido a la atención centrada en la emergencia, o indirecta, por las medidas adoptadas con el fin de contenerla.

La pandemia de COVID-19 ha revertido años de progreso en la prestación de servicios básicos para la TB y en la disminución de la carga de la enfermedad. Hubo una disminución mundial notable en el número de personas a las que se diagnosticó TB. La reducción del acceso al diagnóstico y al tratamiento de la TB ha dado lugar a un aumento en el número de muertes asociadas a esta enfermedad.

Las repercusiones indirectas de las emergencias de salud, como la reducción de los ingresos familiares, el aumento de la pobreza, la inseguridad alimentaria, la desnutrición, la falta de asistencia a las visitas programadas de reconocimiento médico, la omisión de vacunas y las faltas de asistencia a la escuela, pueden afectar el diagnóstico y la atención de la TB.

En mayo del 2021, la OMS actualizó su nota informativa sobre las consideraciones relativas a la COVID-19 en el contexto de la atención de la TB, con el fin de orientar a los países sobre las estrategias que permiten mantener los servicios de TB (89). Por ejemplo, tanto la COVID-19 como la TB tienen síntomas respiratorios, lo que brinda la oportunidad de diagnosticar ambas enfermedades (90).

Los programas deben asegurarse de que haya existencias suficientes de TPT para hacer frente al aumento previsto en la necesidad de este tratamiento como consecuencia del número de personas con TB no diagnosticada y del aumento de la exposición a causa de los confinamientos con motivo de la COVID-19. Los programas nacionales de TB deben garantizar que no se interrumpan los suministros de medicamentos para la TB y que las personas con TB reciban las reposiciones suficientes con el fin de reforzar la finalización del tratamiento completo y reducir al mínimo los desplazamientos frecuentes a los establecimientos de salud, donde puede haber un mayor riesgo de contraer la COVID-19. Esto se puede lograr mediante la dispensación de una cantidad de medicamentos para la TB que dure varios meses o mediante la entrega en la comunidad. Es necesario hacer lo posible por lograr la continuación ininterrumpida de la administración de la vacuna con el bacilo de Calmette-Guérin (BCG) en la población neonatal e infantil.

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