La meta principal del tamizaje de la TB es llegar a las personas que no se alcanzan mediante la vía iniciada por el paciente y detectar temprano la enfermedad por TB, con lo cual se mejoran los resultados de las personas y se reduce la transmisión y la incidencia a escala de la población.
Las metas secundarias del tamizaje de la TB son las siguientes:
- descartar la TB activa con el fin de determinar las personas que reúnen los criterios para recibir el TPT (4, 5);
- detectar a las personas que corren un riesgo especialmente alto de presentar la enfermedad por TB y que, por consiguiente, pueden necesitar tamizajes repetidos como las personas con una radiografía de tórax anormal indicativa de TB (p. ej., con una lesión fibrótica), en quienes no se diagnosticó la enfermedad en el momento del tamizaje, las personas con infección por el VIH, los trabajadores de salud y las personas privadas de libertad; y
- caracterizar mejor los factores de riesgo de TB, al asociar el tamizaje de la TB con el tamizaje de los factores de riesgo de contraer la enfermedad (como infección por el VIH, diabetes , enfermedad pulmonar obstructiva crónica, desnutrición o consumo de tabaco), con el fin de definir los factores de riesgo a escala individual o comunitaria y los determinantes socioeconómicos que deben abordarse para prevenir la enfermedad de manera más eficaz. Este puede ser un objetivo adicional en entornos donde falta información sobre la prevalencia y distribución de los factores de riesgo de TB.
Los objetivos específicos se pueden fundamentar en estas metas y según las prioridades y la evaluación de la situación del país. Los objetivos se pueden basar metas específicas o en lagunas reconocidas durante la evaluación de la situación. Los objetivos deben ser específicos, medibles, factibles, pertinentes y con plazos determinados.