5.2.12.5. Registro del tratamiento de la TB en la población infantil y adolescente

Una vez que el médico haya decidido iniciar el tratamiento en un niño basándose en las pruebas bacteriológicas o como resultado de un algoritmo de decisión sobre el tratamiento, se debe registrar al niño en el PNT. Esto se aplica a todos los servicios y programas en los que se diagnostica a niños y adolescentes con TB, incluidos servicios públicos aparte de los PNT, y establecimientos y profesionales del sector privado. La subnotificacion de niños y adolescentes con diagnóstico de TB en estos sectores contribuye a la alta proporción de niños y adolescentes con TB faltantes. También hay que registrar a niños y adolescentes diagnosticados de TB en hospitales que fallecen antes de iniciar el tratamiento o de recibir el alta (5).

Se recomienda el seguimiento local de la obtención de muestras por tipos de muestras, pruebas de diagnóstico, resultados y diagnóstico clínico en el registro de un laboratorio de TB (o su equivalente). En los países que cuentan con sistemas electrónicos de registro y notificación de casos, el PNT debe notificar todos los casos de niños y adolescentes tratados por TB en alguna de las cuatro franjas etarias (hasta 4 años, entre 5 y 9 años, entre 10 y 14 años, y entre 15 y 19 años):

  • Registrar la categoría de diagnóstico, el esquema de tratamiento y su fecha de inicio en la tarjeta de seguimiento del crecimiento infantil, en la tarjeta de tratamiento de la TB y en el registro de la TB de la unidad de salud.
  • Registrar el peso del niño en cada consulta en su tarjeta de control del crecimiento y en la tarjeta de tratamiento de la TB (el peso es importante para el seguimiento de la respuesta al tratamiento y para ajustar la dosis).
  • Registrar en todos los niños y adolescentes los resultados del tratamiento en el registro de la TB y comunicarlos al PNT.
  • Las categorías de resultados para niños y adolescentes son las mismas que para las personas adultas (108). Cabe destacar que pocos niños de más corta edad con TB cumplirían los criterios de “curado”, ya que es menos probable que tengan TB confirmada bacteriológicamente. Además, en la mayoría de los contextos, los niños que no pueden expectorar no tienen que volver a someterse a pruebas de respuesta bacteriológica en múltiples ocasiones más allá de una evaluación a los dos meses, a menos que haya otros indicios de una mala respuesta al tratamiento.

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