Además de resumir la evidencia disponible, las revisiones realizadas para estas directrices unificadas pusieron de manifiesto varias lagunas en los conocimientos actuales sobre aspectos cruciales del tratamiento y de la atención de la TB-DR. A las estimaciones del efecto en los estudios realizados en pacientes se les asignó con frecuencia una calificación de certeza baja o muy baja, lo cual explica por qué la mayoría de las recomendaciones de estas directrices son condicionales. Persisten algunas lagunas que ya se habían detectado en anteriores directrices sobre el tratamiento de la TB (11, 12). Al completar los cuadros para pasar de los datos a las decisiones según el método GRADE, faltaban estudios sobre cómo valoran los pacientes, los cuidadores y otras partes interesadas las diferentes opciones de tratamiento y los resultados (por ejemplo, el tiempo transcurrido hasta la conversión del esputo, la curación, el fracaso del tratamiento y la recaída, la muerte y los eventos adversos graves). Las áreas que serían de interés para muchas preguntas prioritarias en el manejo programático de la TB-DR son: la investigación en materia de implementación; los estudios sobre el uso de recursos; el costo acumulativo, la aceptabilidad, la viabilidad y la equidad; los valores y las preferencias de los pacientes y de los trabajadores de la salud, así como la inclusión de indicadores de la calidad de vida.
Las lagunas en materia de investigación que detectaron los sucesivos grupos de elaboración de las directrices se agrupan según las secciones respectivas de estas directrices, aunque algunas de ellas están interrelacionadas.