3.3.1. Introducción

La infección por TB (anteriormente denominada “infección latente por TB”) se define como un “estado de respuesta inmunitaria persistente a la estimulación por antígenos de M. tuberculosis sin evidencia de enfermedad por TB” (15). Se estima que el número de personas con infección por M. tuberculosis en todo el mundo asciende a 1700 millones. Además, se estima que 7,5 millones de menores de 15 años contraen la infección por TB cada año (11). En el 2014, un total de 67 millones de menores de 15 años tenían una infección por TB, incluidos 2 millones por cepas multirresistentes (TB‑MDR) y 100 000 por cepas extensamente resistentes (TB‑XDR) (12). Las personas con infección por TB no tienen signos ni síntomas de enfermedad por TB ni son contagiosas, aunque corren el riesgo de desarrollar una enfermedad por TB en el futuro.

Por término medio, entre 5% y 10% de las personas con infección por TB desarrollan la enfermedad por TB a lo largo de su vida, normalmente en los cinco años posteriores a la infección inicial. El riesgo de contraer la enfermedad por TB después de la infección aumenta particularmente en los niños de corta edad y en las personas con condiciones que causan inmunodepresión, como la infección por el VIH, en las que la progresión de la enfermedad es también más rápida, generalmente en los 12 meses siguientes a la infección.

Proporcionar tratamiento para la infección por TB con el fin de prevenir la enfermedad por TB es un componente fundamental del pilar 1 de la Estrategia Fin de la TB de la OMS (7). La eficacia de los esquemas de TPT disponibles actualmente es entre 60% y 90% (28). El posible beneficio del TPT debe equilibrarse con el riesgo de eventos adversos relacionados con los fármacos. En las personas con infección por TB de grupos de población con alto riesgo de progresión a la enfermedad por TB, los beneficios del TPT son mayores que los posibles perjuicios. La provisión de TPT abarca un conjunto integral de intervenciones: identificación y pruebas en grupos de población con alto riesgo de TB (incluidos los contactos de personas con TB), provisión de tratamiento preventivo eficaz y seguro, y seguimiento y evaluación de la continuidad asistencial (15).

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