7.1.2. Tamizaje de la TB en la población infantil y adolescente con infección por el VIH

En los menores de 10 años con infección por el VIH, dado su mayor riesgo de contraer la TB, debe realizarse el tamizaje de la TB en cada encuentro con un trabajador de salud para detectar: tos, fiebre, ganancia ponderal insuficiente o contacto directo con una persona con TB (consúltese el capítulo 2 sobre el tamizaje). Se pueden consultar las recomendaciones sobre las herramientas de tamizaje en la población adolescente de 10 a 19 años con infección por el VIH, en el recuadro 2.7 del capítulo 2 (13).

Los resultados positivos o anormales de las pruebas de tamizaje reconocen a la población infantil y adolescente con infección por el VIH que tienen una mayor probabilidad de presentar enfermedad por TB y deben derivarse para una valoración diagnóstica (véase la sección 7.1.4 y el capítulo 4). Las personas con resultados normales o negativos de las pruebas de tamizaje o del algoritmo deben derivarse con el fin de evaluar si son aptas para recibir el TPT (véase la sección 7.1.3 y el capítulo 3).

El tamizaje de cuatro síntomas que recomienda la OMS (tos actual, fiebre, pérdida de peso y sudores nocturnos) es una estrategia de tamizaje sencilla, no traumática, que no requiere infraestructura (tecnología, electricidad, internet) y su ejecución es factible en cualquier entorno. Sin embargo, los resultados del tamizaje de los cuatro síntomas son subjetivos y dependen del nivel de comprensión del paciente y la voluntad de compartir su experiencia física de los síntomas y también de la interpretación que hace el prestador de atención de salud de los síntomas referidos por el paciente. Por consiguiente, es probable que la calidad y la homogeneidad del tamizaje de cuatro síntomas que recomienda la OMS sea variable en diferentes entornos clínicos.

La revisión de la evidencia realizada para la elaboración de las directrices sobre el tamizaje de la TB en el 2021 mostró que el tamizaje de los cuatro síntomas recomendado por la OMS tiene una sensibilidad relativamente alta (83%) pero una especificidad baja (38%) en la población adulta y adolescente con infección por el VIH. La sensibilidad de esta intervención en los pacientes ambulatorios que reciben TAR es relativamente baja (53%), lo cual indica que por sí sola no sería suficiente para detectar la TB en las personas que acuden regularmente a la dispensación del TAR.

Pese a estas limitaciones, el tamizaje de cuatro síntomas es una parte esencial del examen clínico de la mayor parte de subgrupos de la población y es la herramienta de tamizaje más accesible en todos los niveles del sistema de salud. Se puede repetir tantas veces como sea necesario, a diferencia de estrategias de tamizaje más intensas se pueden utilizar con menor frecuencia, por ejemplo, en los reconocimientos clínicos periódicos cada año.

El conocimiento del tamizaje de cuatro síntomas está muy difundido en muchos servicios de atención de la infección por el VIH, como resultado del fortalecimiento de las capacidades y el seguimiento. También cumple una función importante para descartar la enfermedad por TB, dado el valor predictivo alto de un resultado negativo en la mayoría de los entornos, lo cual es importante para reconocer a las personas con infección por el VIH que se beneficiarían con el TPT, cuando no tienen enfermedad por TB (13).

La proteína C‑reactiva es un indicador de inflamación generalizada que se puede medir en un análisis de sangre. Existe una prueba en el punto de atención por punción capilar, que la hace sencilla, asequible y factible en la atención primaria. El lapso de respuesta entre la obtención de la muestra y el resultado con muchos de los estuches de proteína C‑reactiva es de tres a cinco minutos, lo cual permite tomar pronto la decisión clínica de derivar al paciente para evaluación diagnóstica de la TB o el inicio del TPT. Otra utilidad posible de la proteína C‑reactiva es que puede alertar a los médicos sobre la presencia de otras enfermedades como neumonía bacteriana, bronquitis u otras afecciones infecciosas o no infecciosas (p. ej., linfoma). Los datos examinados para la revisión de las directrices sobre el tamizaje del 2021 respaldan la asociación consecutiva de un tamizaje de cuatro síntomas positivo, seguido de la proteína‑C reactiva, con un umbral discriminatorio >5 mg/l, en especial en las personas que no reciben TAR. La proteína‑C reactiva también puede ser muy útil en la detección de la enfermedad por TB antes de iniciar el TPT (13).

La radiografía de tórax es útil en el tamizaje de la TB de las personas con infección por el VIH. En la actualidad, la OMS recomienda su uso en paralelo con el examen de cuatro síntomas para descartar la enfermedad por TB antes de iniciar el TPT. Asimismo, la radiografía de tórax se puede usar en paralelo con el tamizaje de cuatro síntomas para detectar la enfermedad por TB y un resultado positivo o anormal ya sea en la radiografía o el tamizaje de síntomas, indicaría la necesidad de continuar con una evaluación diagnóstica. Se pueden utilizar modalidades de interpretación como “cualquier imagen anormal” o “imagen anormal indicativa de TB”, según el contexto, la disponibilidad de conocimientos radiológicos especializados, los recursos y la preferencia por una mayor sensibilidad o una mayor especificidad (13).

En el capítulo 5 del Manual operativo de la OMS sobre la tuberculosis. Módulo 2: Tamizaje. Tamizaje sistemático de la tuberculosis (13) se describen en detalle estas herramientas de tamizaje, su exactitud y las consideraciones relativas a su utilización en la población adolescente con infección por el VIH.

Book navigation