Enlaces transversales de Book para 4.3.3. Clinical examination
Aunque en la exploración clínica no hay resultados que puedan confirmar la TB, algunos signos clínicos son muy indicativos de la TB. Además, una serie de signos inespecíficos deben suscitar la sospecha clínica y motivar una evaluación para detectar la enfermedad por TB. Las siguientes características clínicas pueden alertar a los prestadores de atención de que el niño puede tener la TB (6, 72):
- Ganancia ponderal insuficiente: compruebe y registre el peso y compárelo con el peso registrado en los últimos tres meses. Busque la pérdida de peso y compruebe si hay un estancamiento de la ganancia ponderal o un retraso del desarrollo (aplanamiento de la curva). Véanse ejemplos de curvas de crecimiento indicativas de una TB en la figura 4.3.
- Constantes vitales: compruebe si la temperatura está elevada (fiebre) y si hay un aumento de la frecuencia respiratoria (véase el recuadro 4.8).
- Signos de dificultad respiratoria:
- los signos específicos de la atención integrada a las enfermedades prevalentes en la infancia que hay que vigilar en los menores de 5 años son el tiraje, el estridor y la saturación de oxígeno inferior a 90%; normalmente no se deben a la TB, pero son importantes para orientar el manejo clínico;
- la auscultación y la percusión suelen ser normales, pero pueden revelar una enfermedad pulmonar (p. ej., crepitaciones, respiración bronquial, zona fija de sibilancias debido al estrechamiento de las vías respiratorias por adenopatías) o un derrame pleural (matidez, reducción de los ruidos respiratorios).
- Otros signos físicos indicativos de una TB pulmonar son:
- desnutrición aguda grave, sobre todo si no responde al tratamiento nutricional terapéutico;
- neumonía aguda que no responde a un ciclo adecuado de antibióticos;
- sibilancias persistentes que no responden a los broncodilatadores (especialmente si son fijas y asimétricas).
- Otros signos físicos indicativos de una TB extrapulmonar (véase el cuadro 4.6) son:
- masa de adenopatías cervicales no dolorosas a la palpación (sobre todo si el tamaño es superior a 2 × 2 cm), con o sin formación de fístulas: linfadenopatía por TB;
- presencia de cifosis de ángulo estrecho (prominencia angular), especialmente si es de aparición reciente (“giba”): TB vertebral;
- signos de meningitis subaguda (comienzo desde hace más de cinco días), sobre todo si no responde al tratamiento antibiótico o si la presión intracraneal está elevada: meningitis por TB;
- derrame pleural, especialmente en caso de matidez unilateral con dolor pleurítico en un niño sin un cuadro agudo: TB pleural;
- derrame pericárdico, ruidos cardíacos distantes o apagados o signos de insuficiencia cardíaca de nueva aparición: TB pericárdica;
- abdomen distendido no agudo, con o sin ascitis: TB abdominal;
- articulaciones inflamadas, no dolorosas a la palpación y con marcha dolorosa o anormal: TB osteoarticular.
Figura 4.3. Ejemplos de curvas de crecimiento anómalas
La trayectoria en los últimos tres meses es la característica más importante. Un niño cuyo crecimiento sigue la misma línea de percentil durante muchos años no constituye un motivo de preocupación en lo relativo a la enfermedad por TB, incluso si se encuentra más de dos desviaciones estándar por debajo de lo “normal”.
Puntuación Z de −2: peso para la edad bajo; puntuación Z de −3: peso para la edad muy bajo.
Fuente: Weight-for-age. Ginebra: Organización Mundial de la Salud (https://www.who.int/tools/child-growth-standards/standards/weight-for-age).