2.2.2 Contexto social

Se debe evaluar la aceptabilidad y la viabilidad del tamizaje en las personas que serán examinadas y quienes prestarán el servicio de tamizaje. La aceptación depende de la forma como se diseñe y ponga en práctica el programa. Por consiguiente, es difícil prever la aceptabilidad a partir de la evidencia proveniente de otros centros o de otros grupos de la población. La aceptabilidad del tamizaje puede evaluarse de antemano mediante la organización de grupos de discusión en la población destinataria, de preferencia con características de riesgo y una distribución por edad y sexo que coincidan con las de los grupos de mayor riesgo en la población. El hecho de consultar y trabajar con las comunidades afectadas y las organizaciones locales de la sociedad civil que les prestan apoyo durante toda la elaboración y ejecución de las intervenciones de tamizaje de la TB contribuirá a que se satisfagan las necesidades y expectativas de las comunidades y se acepten las iniciativas.

Algunas personas pueden aceptar el tamizaje más fácilmente que otras, según su percepción tanto del costo y las molestias, como de las consecuencias adversas de participar en el tamizaje o de recibir un diagnóstico de TB (como estigmatización o discriminación), comparada con los beneficios percibidos. En general, la mayoría de las personas acepta el tamizaje de la TB (véase más información en los anexos B y C en línea de las directrices sobre el tamizaje).

Es más difícil llegar a algunos grupos en riesgo que a otros. Hasta cierto punto, la estructura de los servicios sociales y de salud determina a qué grupos en riesgo es más sencillo llegar. En general, es más factible realizar el tamizaje de grupos en riesgo bien definidos que se pueden abordar en un lugar específico, por ejemplo, los grupos en riesgo por razones clínicas en los centros de salud, las personas que residen en instituciones (como las prisiones) y las personas que trabajan en lugares de riesgo alto (como las minas). Una intervención de tamizaje no debe menguar la equidad en salud en los diferentes servicios de salud; por lo tanto, todo esfuerzo por realizar el tamizaje en grupos poblacionales de difícil acceso debe ir acompañado de la movilización de recursos suficientes.

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