La TB-DS es curable en gran medida mediante un tratamiento asequible y fácilmente accesible. Si un esquema de tratamiento de la TB no se administra correctamente, es posible que no se logre la curación sin recaídas, aumentando así la transmisión y acelerando la aparición de farmacorresistencia. Por lo tanto, el seguimiento de la eficacia del tratamiento de la TB es de vital importancia tanto en la práctica clínica como en la vigilancia, con el fin de maximizar la calidad de la atención prestada a cada paciente y la eficacia de la acción de salud pública. Por lo tanto, las definiciones estandarizadas de los resultados del tratamiento de la TB han sido una característica de las políticas de la OMS y de los sistemas nacionales de vigilancia de la TB durante muchos años como piedra angular de las estrategias eficaces contra la TB. Esta estandarización ha permitido el seguimiento de los resultados del tratamiento de la TB a lo largo del tiempo en el nivel nacional y mundial.
Las definiciones estandarizadas de los resultados del tratamiento de la TB-DS se han utilizado de forma generalizada durante más de tres décadas; en el 2005 se propusieron por primera vez definiciones de los resultados del tratamiento de la TB-DR. La elaboración de las definiciones de los resultados del tratamiento de la TB-DR se basó en las definiciones de los resultados de la TB-DS que se utilizaban en ese momento. Las definiciones de los resultados del tratamiento de la TB-DR fueron adoptadas por la OMS poco después y se mantuvieron en gran medida sin cambios hasta el 2013, cuando la OMS actualizó sus definiciones y su marco de notificación de la TB (96). Dado que los esquemas de tratamiento de la TB-DR han cambiado significativamente en su composición y duración, era necesario actualizar las definiciones de los resultados del tratamiento y los parámetros del seguimiento.